... am nächsten Tag

Llegar a casa, el calor de la calefacción, abrir la maleta,
el sofá arrugado, unos papeles, el sonido del frigorífico
y la luz de las sirenas proyectada en el techo,
"el ruido de los coches es como una marea que va y viene"

Y con qué palaritas voy a traducirte estas noches?
cómo te traduciría yo la manera náufraga del lunes?
Su animalito mira con la dulzura de los desamparados,
su pequenia bestia que busca el pecho de una calefacción.

Fuera aún resuenan los ecos de los bares,
el malecón brillante de los atracos al alma,
viajes sin fin entre los hielos de las copas,
cocodrilos que sonríen plácidamente como crías.

Y al modo de isla, el atolón furtivo que se escapa con los globos,
la suave tragedia del suenio enredado en el cabello,
la cuerda de la espalda, el calor, vuelos que casi casi,
azoteas que se ven a vista de pájaro, y aire, aire templado.

Guardando el secreto de los conjurados piadosos
con qué palabritas te traduzco tu pequenia bestia?
monstruo de ternura, animal bellísimo, veneno,
cómo voy a decirte todas estas cosas?
Y esperar que tus ojos me comprendan?

Montag, 21. März 2011

El cielo de los gatos

Qué son estas voces, estas fotografías?
Tu cara no pertenece a esta biblioteca
Donde cada título cierra una historia completa
y sólo se oye el sonido sordo del invierno.

Quién va a distinguir la política y el amor?
Quién llevará tus zapatitos de gato?
En tu luna playera se me encayan las preguntas
Que no me sé responder ni a gritos.

Quién ha visto a tu gato?
En mi azotea aterriza el olor de tu piso
Seguro que sigues por ahí arriba
Y no se sienten los pasos si pasas por la ventana.

Noches Blancas, historias por carta,
Sin derecho siquiera a mentarte,
Pero a esa fiesta llegué demasiado tarde,
Azoteas, azoteas llamando a maullidos, el corazón de gata.

Todos los días después fueron los días siguientes,
Tus ecos los oigo maullar que son los tuyos,
Escucho de perfil, sonríes, suspirando tu alma, maestra,
Arriba, más arriba que las nubes, en el cielo de los gatos, ahí habrá fiesta.

Y mientras suena otra lágrima que no sé pintarte,
Prometo, te prometo, dejar un cuenco de leche en la ventana,
Maullar con el resto que todo ha servido de mucho más de lo que crees,
Tus hermanos tienen razón, yo casi no existo, tú sigues siendo, también tengo un trocito de tí,
Desperezándose en la azotea de enfrente, mira la Nieve qué Blanca, mira qué Blanca es esta noche, San Pablo componiéndote entre notas de Blues, cartas anónimas, gente que te imita por los callejones, si me recuerdas, tu cocina, conjugar el verbo echar de menos, ecos, homenajes y conciertos en la Alameda, tu gente, el tocadiscos, las velas... la playa...


Con todo el respeto y el cari
ño, a Blanca.

Mittwoch, 16. März 2011

A pedales

Dándole a los pedales hasta la próxima gasolinera. Agárrame si me caigo. El transeúnte de turno se mueve para ejecutar su trabajo. Funciona. En la esquina, uno toca el violín. Sólo lleva dos euros en moneda suelta. Llueve y se me despinta el maquillaje. "Todos vamos a ir al infierno" me grita, pretende que no le entiendo, yo le digo que mi maquillaje se debe a que vengo de ver al hijo del enterrador y me prometió que bailaríamos y cantaríamos, vengo por cervezas, le digo mientras él se presigna. Caja bajo el brazo. "Sixpack", pronuncian. Cesta de atrás.

Y dándole a los pedales, agárrame si me caigo. Apenas llego a la puerta me reciben dos que discuten sobre sie el vino italiano es mejor para no comer nada. Las escaleras podrían ser las de un gallinero. Uno con una guitarra. Pretende haber viajado. Vender las papeletas de una rifa que no es la suya. La cocina no tiene sitio y quién les dijo que ahí se podía bailar?. Mira cómo estallan en risas y abrazos. "Me gusta tu maquillaje", yo esperaba encontrarme a una rubia enorme. Es un maromo que me llega al hombro. Creo que intenta algo conmigo. Joder.

Y volviendo al pedal, arrímate si hace frío. El estómago de los desamparados y el maquillaje retocado por el camino. "Estás perdido, imbécil!" me grita uno con un paraguas, no tengo tiempo de insultarle. Detrás de una esquina, otro me dedica "Ya te queda menos", menuda revelación. Desde la puerta de los bares, por las ventanas y los balcones, desde los coches, con el dedo a decirme algo que suena a condena. Hasta el de los cupones. Y digo yo que podrían hacer una coreografía o algo parecido, incluso las nubes podrían hacer de coro. Hasta las manecillas del reloj me apuntan. Llego a casa. Llueve como si se hubiese roto el cielo. "Manos arriba" me dice la cama, eso sí me parece perfecto. Lo demás ya se solucionará maniana. Apaga la luz.

Dienstag, 1. März 2011

 
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