Haremos

Este caos me está matando.
Bowie.

Haremos suenios con las siluetas de las velas, haremos, haremos naufragios desde el sofá hasta la taberna, haremos, teatrillos de vino blanco y resina de jachís, haremos, haremos, la tos afónica del gritar desde la playa, haremos, poemas como si fueran trozos de carne, sinfonías como matanzas, ebrios de sangre de toro, por las noches de encaje negro que si estaba la playa cerca, haremos, haremos, haremos de un café una masacre, de un verso un suicidio, de una metáfora un arma brillante que te retuerza las tripas y que te exprima el pecho porque es una metáfora brillante y si te la comes te estalla en el alma, haremos, haremos de todo ésto una confusión, un sarcófago cubierto de tres metros de piedra maciza que pesa lo que pesa un papel, haremos, batallas para demostrar que somos fuertes y que nos queda mucho por destrozar, haremos, haremos, suicidios y entierros para demostrar la gloria de los supervivientes, nos pondremos frac y traje de noche, un elegante color negro y midiendo con el rabillo del ojo las coordenadas del otro por si suena una bomba y estalla cerca, y haremos, haremos, haremos, ametralladoras que arrasen con un estilo arrollador y descabezado, porque sin cabeza se piensa mejor, haremos, muros sólidos con ladrillos de la a a la z alternando espacios en blanco, espacios en blanco, haremos, viajes en silencio para comprobar que podemos bucear más de diez primaveras sin soltar prenda, haremos, haremos esas primaveras, haremos esos inviernos y todo lo demás, haremos un mercado a base de fotografías de las que nunca se pueden contar, porque nunca se pueden contar, haremos, haremos el silencio de tanto ruido que haces desde tu esquina, con esa postura de superioridad, pensando yo lo he superado, yo no, yo lo tengo atravesado en la garganta y cuando no duermo me la parte, dime, haremos, haremos, el disenio de las nuevas arquitecturas para llegar más alto todavía, y desde allí arriba, saltar aún más a ver cuánto cielo cabe en un bocado, haremos, otro viaje directo a un precipicio aún mejor, haremos como si tuviéramos alas, haremos, haremos propaganda de venta de almas, haremos un bombardeo y caerán santos de cabeza, haremos, haremos y volveremos a hacer, como Catulo, y cuando hayamos hecho lo que haremos, cambiaremos el órden para que no sepan lo que hemos hecho y lo que haremos, como Catulo, como Catulo

como Catulo.

Montag, 17. November 2008

La última vez que te vi en la estación saliste corriendo.
Vi tu gorro perderse en las colas del tren
y te llamé cinco veces por teléfono.
Debe estar roto. Siempre se cortaba.

En casa no había gatos y por la ventana
se colaban los dedos de un invierno prematuro.
Fumando como si fuera una candela para calentar mi cuarto,
no debí hacerlo bien, tuve que dormir con el abrigo.

No sacaba tu canción de la cabeza.
Recordé que estuvimos bailando frente al espejo
y que salió el sol y que nos fuimos de paseo
y después hicimos una pizza preparada.

Ya los árboles se han quedado sin hojas,
me abrigo el pecho y duermo con dos mantas.
No sé qué carajo le pasará a este corazón
que se me queda helado sin enterarme,

ni sé porqué pienso en el olor de tu cuarto.
He acabado otro paquete de tabaco sólo pensando en tus ojos,
no sé qué carajo le pasará a este corazón
que se me han quedado los ojos de oso de peluche

desde que vi perderse a tu gorro en las colas del tren.

Dienstag, 4. November 2008

Daaavid

"He pintado cuatro soles en las esquinas de mi cuarto
para que nunca se haga de noche"

Cómo empezaba la canción que pusiste cuando volvimos del bar?, teníamos una cajita china y dos jirafas en el salón, había banderas y la baniera en la cocina. Había que retirarla para abrir el horno. Siempre llegando tarde, aullando a la luna del río y con los pelos goteando ideas de toda la noche al raso. Las estrellas fugaces iban al agua y después, en el salón, teníamos una cajita china y dos jirafas que susurraban detrás de las cortinas, tú sacaste tabaco y las jirafas empezaron a comerse los libros.

Nunca más volveré a tener miedo. Carolina tenía claveles detrás de las ventanas, tenía café dulce y un soniquete flamenco o las magdalenas en el piso de Patricia. Nunca más volveré a tener miedo. Mientras los espejos me sigan deslizando una mirada de reojo por los rincones de los bosques haciendo ecos mientras repito que voy a narcotraficar con la luna, a meterla en una galleta y a regalarla con el café. Qué dulce es tener miedo. Una estación de trenes vacía. Buscando setas en el bosque y durmiendo al pairo de los callejones. Tú no existías. Tú nunca exististe. No pudiste cantar la canción que te digo. Las jirafas se comieron los libros, y cuando salió todo ardiendo dijiste que nunca habías estado y yo me puse muy triste y dije que no podía ser y entonces te metiste detrás de las puertas, porque detrás de las puertas no existe nadie y entonces pasó todo esto. Después, cómo era la canción que cantaste?, la de cuando volvimos del bar?.

Dienstag, 28. Oktober 2008

Cloroformo

casi la hora del suenio afuera llueve el aguacero
silencioso de las ventanas por el pecho
se escucha el vapor apagado del éxtasis
y se me pierde el ojo por el rincón de la postal que me mandaste qué bonita era pensé
mientras se me escapaba por la boca
seis palabras que tenían algún significado

paladar dulce como el mármol me dijiste
la circunferencia de tus tatuajes respirando azufre
antes de dormir garabatos en la cabeza así
llega un cargamento en naufragio de la postal que me mandaste qué bonita era pensé
yo era un coche sin motor
mis costillas respiraban solas

la luna gira su volante por la ventana
pasa un ninio pensé que somos unos asesinos
calla que nadie note las nubes me dijiste
todo el ruido en los colores azules de la postal que me mandaste qué bonita era pensé
en las arterias de la mejilla derecha
paladar dulce como el mármol

Donnerstag, 16. Oktober 2008

Estimada Rana-del-museo,
otra vez lo has vuelto a hacer. Siempre hay alguien que lo malinterpreta todo, cada vez que intentas explicar algo suena a escusa y cuando te apuntan y te preguntan "tú a qué vienes?" dices que, en realidad, deberías estar en otro lado. Cien citas en la puerta de alguna discoteca, espuma de cerveza y cinco horas de resaca después llegas a la conclusión de que deberías dejarlo.
Mira, ni te conozco demasiado ni tampoco me quita el suenio conocerte, tampoco soy un modelo moral ni puedo dar lecciones de qué. A mí no me cae mal lo que me tiro a pecho y las resacas las consiento porque no queda más remedio, pero cuando se quedan contigo y te tangan a la primera de cambio, me doy por jodido. No sé si me explico.
Métete lo que quieras, usa a quien quieras, pero guárdate la espalda de hijosdeputa vestidos de limpio, hay que tener ojos hasta en la coronilla y, a estas alturas, seguro que sabes hacer algo bien. O deberías.
Perdona que no te ría las gracias, las mentiras piadosas también tienen que ser inteligentes, pero si piensas que tu sonrisa te hace especial o que tu caída de ojos te salvará de la revolución a las tres de la maniana, las llevas putas. Las explicaciones las vas a tener que dar tú, las justificaciones, los recibos y las facturas van a tu nombre y si te digo que te estás convirtiendo en imbécil, tómatelo como un cumplido y no te fíes de quien te diga lo contrario. Deberías dejar de poner pose de ídolo pop, remangarte y ponerte de agua hasta el cuello para pillar un pez que valga la pena. Total, papá paga si la cagas, qué más quieres?. Yo qué sé, pon una tienda de lámparas, vende sofás o disenia ropa, pero vas a venir a la Biblioteca forrada de cuero y con un látigo?, no seas burra, no se puede ir a un Swingers' con un diccionario de latín (o sí?... uf, he puesto una mala comparación. De todas maneras...), de todas maneras, que no entiendan lo contrario y así no tienes que pagar las facturas del vecino. A ver si te quieres un poquito más.
De éso ya me metí, y te digo que no es nada bueno. Divertido sí, un montón. Pero cuando la cosa se empiece a poner chunga, salva todo lo que tengas y tira, ya no estamos para metáforas ni violines, tira y si todo tiene que reventar, que te pille lejos, que te lo manden por ese-eme-ese, por un mail o que te busque la policía, pero quédate con tu culo, que lo necesitas.

Por cierto, perdona que no me haya puesto cortés, caballeroso o filosófico. No me ha salido. Lo mismo la próxima me sale mejor.

Ya te daré los besos cuando te vea. Si me metes una ostia tampoco me molestaré. Yo también lo haría.

Mittwoch, 15. Oktober 2008

Bajadas al infierno

Será por aquello del destino, el caso es que, periódicamente, hay que bajar sin esperarlo:

Pasé la noche entera en el camino de La Haya a Hannover de tren en tren, de estación en estación: Utrecht - Amersfoort - un pueblo perdido - Münster - Hamm - Hannover. Las estaciones eran paradas en un Limbo enrarecido. Debería relatar las almas despojadas que adornan las escaleras. Debería contar las caras y las cicatrices, los olores y los paseos de los policías. Debería contarlo todo.

Llegué a las seis y media de la madrugada.

Mittwoch, 8. Oktober 2008

Otras veces pasa lo contrario
autobuses trenes aviones sin parar
y seguro que sigues haciendo música
allí donde siempre sales dónde saldrás

Y siempre te montas en mi autobús
siempre estás al lado en el tren
mirando por la ventana del avión
en el salón de un piso alquilado

Tú siempre haces música

Montag, 22. September 2008

Charlestón

No me has dicho que me lees.
Te veo pasar por ahí, observando a las demás hormigas hacer sus habitaciones. Me distraigo viéndote la cara descuidada de estudiante, los pelos... así y los ojos conjuntados. Después repartes cervezas, risas humorosas y compinchadas, toda una sinfonía de fondo en la que se une la risotada, una pregunta íntima y un chiste, la puerta de un bar, cigarrillos.
Pero no me has dicho que me lees. Y yo bailando charlestón.
Y adónde te habrás metido la retahíla de tardes al sol y asomados a las cinco de la tarde entre clase y clase? y adónde te has llevado tus insultos graciosos?, y adónde te has guardado la miel?.
Estirando los días para que lleguen hasta maniana, alargando el cuello para que salga una nota en sol sostenido o en mi, apurando los cigarrillos para que ocupen menos, y aún no me has dicho que me lees. Serás taxista?.
Jugamos al vals, jugamos a los cromos, jugamos a tanguear flamencamente los tejados de nuestros amantes y detrás de una ventana de un piso alquilado... de quién son esos ojos? menuda fiesta para los sentidos, qué buena tapita para el pecho, verte conjuntada con un recorte público que habla de ti en medio del parque. Toda una satisfacción para el corazón.

Porqué no me brindas un "pom-pón" de tu corazón?
Porqué no me invitas a un chasquido de tu latido?
Tú mirando cómo me lees, y yo bailando charlestón
Y después pulsas la equis, y ya he desaparecido.

No me lo has dicho, pero sé que es así. Seguro que me lees y te sonríes. Seguro que te acuerdas y dices "no merece la pena". Seguro que ahora se te asoma a la boca media sonrisa y no dejas que salga entera. Seguro que pierdes dos segundos en pensar algo que no sabes exactamente.
No me has dicho que me lees. Y yo bailando charlestón.
Y hago así con las rodillas y con los pies. Ya medio me sale bien. Sólo me queda pintarme las pestanias, aún no estoy lista del todo.
Cuando lo haga bien, me contarás todos los dos segundos que perdiste?
Me encanta que no me olvides.
A mí también me encanta.

Dienstag, 16. September 2008

en andaluz

Cuántas veces habrás pensado en mí.
Ya no te digo cosas por teléfono ni te mando cartas, ya
cuando paseo yo tampoco me acuerdo sólo a veces
de las luces de las azoteas y de los gatos de los callejones
de los payasos que esconden la ciudad bajo sus zapatones, ya
en las cortinas de la prisa mira que no nos esperamos
como las personas que no recuerdan tengo el reloj
y todo es exacto como si ya fuera el día siguiente
tengo puntual mi balcón geranios que son como los cuadros
abrigos nuevos zapatos y bufandas como si me los hubieras regalado
y cuántas veces habré pensado en tí sin acordarme

pasa nada nada es triste ni patético tengo mi secreto
hago puentes para pasar hasta dónde pasará y entonces
mira que pasan trenes sobrados en el verde del hierro si los vieses
las esquinas y los callejones tienen gatos otros gatos por las azoteas
y otra vez vi un traje como el tuyo y el mío juntos se secaban
como la ropa tendida para vestir los buenos días en geranios
que se pintan en el retrato que te hice una vez y mira que te sigo haciendo
los homenajes de tinto delicadamente salvaje delicioso de tu piso
y en las fiestas no dejo de encontrarme
la Giralda

cuántas veces habrás pensado en mí cuántas veces
habré pensado en tí sin acordarme y no ha pasado nada
sin penas sin silencio duermo correctamente no es extraordinario
a la sombra que no es de olivo ni de pino la sombra que sólo la sombra
de las ventanas alquiladas que dónde estará el sol aquí lo llevo
en el bolsillo del pecho que viene el invierno dice la tele
y seguro que me has regalado sin querer una bufanda de alguna manera
y te habré regalado qué te habré regalado acaso una tarde
de las que se gastan como un paquete de tabaco a veces
me pregunto si habrás pensado en mí
alguna vez

Samstag, 6. September 2008

Indignado

Al Marqués del Pedigrí no le olían los pedos.
Claro, al no ser de campo, no distinguía la raíz del tronco de las hojas,
Desde su trono componía denuncias perfectamente estructuradas
Y se lavaba regularmente con agua caliente y jabón fragante.

Él era el Marqués del Pedigrí y se sabía todas las teorías
Discutía con los Doctores sobre la posición del bolígrafo
Y sobre cómo se reclinaban los griegos para comer uva,
El Marqués del Pedigrí era formidable excepto para todo lo demás.

No sabía cómo suenan los helicópteros cuando están de guardia,
Ni sabía cómo se sueña con la espalda chorreando de haber escapado,
Imaginaba sirenas de alerta y las vendía como si hubiesen sido
Y después de comer se lavaba los dientes.

En el otro lado del mundo estaba el otro lado del mundo
Y allí no llegaban los violines ni las flautas ni las tuberías de desagüe
El Marqués del Pedigrí pensaba que sufrir es romántico
Y por la noche dormía caliente e inquieto, pensando en sus cosas.

Mittwoch, 3. September 2008

Duckie Boy

Duckie Boy contaba historietas por las esquinas. Haciendo la patrulla a la hora de los búhos, observábamos a las universitarias insolentes mientras pedíamos otra ronda. Cenicientas, Caperucitas y Mataharis asomando la cola por el corral. Sacábamos los tambores, los violines y las trompetas, como los buenos piratas, y lo hacíamos mejor que Django Reinhardt. Menudas rondas. Uno era Einstein, otro tenía Ojos Negros y otro tartajeaba; otro era calvo, otra era Criminal, otro estaba gloriosamente vivo y Duckie Boy, con su acento coloreado en tinto, cantaba historietas por las esquinas. Menuda tripulación. A las tantas apurando los cigarrillos.
Poníamos el circo. Íbamos a las galerías de arte, le ajustábamos las cuentas a los periodistas y denunciábamos a la Literatura. A la Literatura inquisitorial, la vestida de negro, con gafas redondas y olor a tocino rancio. La de los sellos y los contratos. Tocando los violines hasta las tantas, y, en fila, la máquina del ataque al corazón atravesaba las piernas de Lisístrata, de Lilith o de Friné con un libro bajo el brazo, era fascinante dejarse vencer por una fiebre, era fascinante las dos de la madrugada, era fascinante esa cara de La Moneda que siempre cae de pie.
Duckie Boy se camuflaba detrás de su violín. Cantaba sus cuerdas y dejaba que los pollemas tronaran por los rincones de las bombillas de mercurio. Fue creciendo y creciendo y entonces, disimuladamente, Einsten se fue poniendo el turbante, Ojos Negros se hizo oficial y el tartaja se mandó por carta; el calvo ganó su liga, ascendieron a Criminal y otro sólo estaba gloriosamente. Y Duckie Boy se encendió un cigarrillo mientras le ponían otro tinto.
Por la esquina sonaba el tumulto de un puñado de niñatos asomando banderas, recitando el alfabeto, pero ya no estábamos para sacar conclusiones.
Ahora todo vuelve a ser mejor. Jodidos, alquilados y escuchando la radio, pero mejor. Ahora todo suena ligeramente épico y caduco, pero me juego una ronda a que si nos juntamos otra vez echamos abajo la ciudad. Por lo menos. Esto de ser patán no se quita ni con lejía. De alguna manera, no nos perdemos de vista, que es lo que cuenta. Nos mandamos abrazos por mail y nos prometemos que si no es en Navidad, será en Verano. Seguimos teniendo razón. Ahora Duckie Boy quiere ser ermitaño y yo estoy loco por otra ronda. En fin. Que si no es en Navidad, será en Verano.

Duckie Boy cuenta historietas por las esquinas. Afina la garganta y pone atentados los fines de semana. Apunta a los escotes, hace mesa limpia y se lleva una. Duckie Boy es un tío con suerte, aunque, por el camino, la gente lo mira mal. Ay, la gente.

Dienstag, 2. September 2008

Baúl

El señor del baúl no deja de observarme. Me susurra que llueve que llueve y mira a la ventana. En los charcos se pueden ver pisos de nueve plantas pero los coches siempre pasan por encima. Los parques ya están en invierno y qué confortable, dormir bajo una manta en invierno. Serviremos el té a las cuatro. Pondremos sillitas alrededor y serviremos el té. Sentaremos a la señora Conejo junto al señor Tornasol y también pondremos pastitas de plástico. El señor Tornasol prefiere café, así que su taza tendrá café. Y también mirará por la ventana. Y dirá que llueve que llueve como el señor del baúl.
El señor del baúl no sabe jugar a hacer el té. Él sólo mira a la ventana que llueve que llueve. Y yo no quiero que siempre llueva. La señora Conejo ya está cansada de tomar té. El señor del baúl duerme por las noches, y antes de dormir susurra que llueve que llueve. He hecho un dibujo que sale él, asomado por el baúl mirando a la ventana. En mi dibujo tiene una gorra. Y un abrigo. Que llueve que llueve dice. Y la ventana siempre tiene gotas de agua. La tetera. Al señor del baúl no le gusta el té. Y voy a dibujar una ventana para que el señor del baúl que he pintado la mire. En el dibujo, el señor del baúl también susurra que llueve que llueve. Le he puesto unos zapatos por si quiere salir.
Sigo guardando el teléfono de plástico que me regalaste. Está en la caja de los secretos. Algunas veces llama gente muy rara. Dicen cosas y yo digo que sí y después digo adiós. El señor del baúl se ha escondido otra vez. Nunca quiere mis regalos. Le voy a susurrar que llueve que llueve. Que llueve que llueve.
Que llueve que llueve.
Que llueve que llueve.

Montag, 1. September 2008

Tangentes

Pasamos sin tocarnos siquiera. Perdidos cada uno en su guión milimetrado, intentamos hacer un hueco en cualquier banco de las ocho de la tarde y sólo quedó el hueco. Intentamos. Variar el rumbo del barco, gigantesco de cada uno, pero quedaba demasiada agua sin navegar. Aquello del instinto era lo peor. Los instintos, quiero decir. Uno decía: Que no sea, café, que sea cerveza; otro decía: No puede ser, dejaré de contestar y la sangre no se saldrá de las venas; otro decía: Tenemos que aterrizar en el mismo aeropuerto. Y los veintidós años me arañaban la espalda y me apretaban el pecho como si ocurriera u ocurriese.
Tiré el móvil para que no me acusara. Quiero decir, yo mismo. Me excomulgué de la comunión por exceso de exceso e hice como si no estuviera. De hecho no estaba. No quería estar. No podía estar. Yo no estaba allí, así que pasamos sin tocarnos e hicimos como si no nos hubiésemos tocado. Dos enormes barcos que no siquiera asoman las alas por las ventanas de un verano en transición. Otra transición. Ésta ya duraba más de cinco años. Volvimos a ser higiénicos. Ya éramos profesionales. Incluso teníamos los vicios viciados: Nos salía tan bien que no queríamos volver a serlo.
Tangentes. Todo era tan complicado que no merecía la pena. Estábamos ta tranquilos siendo otra persona que porqué estropearlo por culpa de la literatura.

Sonntag, 24. August 2008

Medidas

Bismil·lâh al rahmán y rahim


En Capadocia las fuentes son azules.
En el Yucatán el horizonte es esmeralda.
En Borneo, el amanecer es como la miel.
En Sevilla, el sol es vino fino.
En la India, el espíritu es tornasol.
En el Tibet, la muerte es del color que tú quieras.


Juan, tienes razón, no hay más listo que Dios. Da igual cómo se refiera. Opio del pueblo, si se quiere. Abrazos de corazón, lamentaciones y Georgia. Nosotros, ergo la vie en rose, nos lamemos las heridas contagiadas por las noticias y exigimos una enmienda, consumidos por la desesperación y la resignación. Los toros desde la barrera. Uno mira al mundo y se pregunta "Hay alguien ahí?". Uno mira al calendario y parece que miente. Cuándo llegará el tiempo de la bonanza?. Cuándo bajará Dios, a aclarar si lleva barba o túnica naranja?. Dónde está el vino, el nuevo vino?. Tendrán razón las religiones, al decir que la liberación viene a través de la muerte?.

Cada vez creo menos en las opiniones. Ya dejé de creer en La Realidad y en La Razón y de buena gana me dedicaría a repartir insultos si no fuera por aquello del respeto. Otras veces lo intento y acabo por arrepentirme.

Juan, tienes razón en todo. Sólo una cosa. Cuando el término "Dios" se hace más grande que "Personas", eso no justifica ninguna razón. No es eximente de nada. Ni de la estupidez.

Un abrazo, y perdón por la osadía.

Donnerstag, 14. August 2008

Siguiente

Al día siguiente quedaban muchas cosas por hacer. Barrer, fregar, ordenar... resituar cada planeta en su órbita, para que no se notase demasiado. Yo tenía un tocadiscos. Decían que era un antiguo, escuchar saltitos en la música cuando podía disfrutar del sonido perfecto, impecable, brillantemente falso de un cómpact disc, incluso me habían regalado dos "eme pé tres", uno lo regalé y otro lo tengo que tener por ahí. Blossom Dearie era perfecta con ese ruído de fondo. Puse con cuidado la aguja en el disco y después de dos truenos lejanos, ahí estaba, fresca desde el 58. Siempre pensé que debería escribir una novela de criminales, pero seguro que significaría otra cosa.
Al día siguiente quedaban muchas cosas por hacer. Limpiar, colocar... puse el tocadiscos y me remangué. Había que dejarlo todo a punto para la próxima vez. Si no está todo en órden no se puede desordenar. Como vestirse bien para las fiestas. Como hacer deporte, cuidarse y esas cosas. Como hacer la cama. Sonreí con media boca, cuando pensé en la cama. Y con lo de hacer deporte. Cada cosa en su sitio.
Decidí no aplicarme el cuento.

Montag, 4. August 2008

Juan

Juan, tú no eres poeta
no eres un fingidor
no mientes, no burlas
y eres incapaz de la mitad

Así que, Juan, si quieres
en vez de sentir
a ver si te atreves
y empiezas a mentir

Para Juan, con honor

Mittwoch, 30. Juli 2008

Caramelito Hard Rock

Era el fabuloso Caramelito Hard Rock. Intentando saltar a la comba sin perder el sentido, otro tipo de salsa, donde los rincones tienen cerveza y las azoteas todas miran al mismo sitio. Menudo patán, Caramelito Hard Rock. Olvidándose la tensión debajo de la barra del bar, con sus ojitos colorados, hablando de entrepiernas con la mano en el corazoncito, como si detrás de un "vente" viniera un "veintiuno", yo quería ser futbolista, pero eso no viene al caso.

Agujetas

Exactamente. Tan fácil como jugar. Quiero decir, Verano; quiero decir, cualquier noche; quiero decir, anoche.
La música me daba igual, habíamos salido a tomar una copa, que fueron dos, que fueron cuatro y cuántas más, garitos coloridos, flores en el techo, muros pintados, flashes de luz, saltos, "estoy bailando" - "no, se hace así" era divertido, "y Luis?" - "Ha ido por otra copa", estrechamente moviéndonos al mismo ritmo, luces negras y flashes, saltos, caras, sudor, Raquel muerta de risa, humo. "Esta es para ti" - "pero si no he terminado la mía. Qué es?" - grita algo que no entiendo, me parece bien, sabe delicioso, moviendo la cabeza como las marionetas, "pero mueve la cintura", chistes, estábamos bailando en un antro con el suelo negro y una bola de discoteca, las caras divertidas, bailando con diferentes gestos la misma música, no importaba cuál, con cuidado por la copa.
"Adónde vas?", gestos exagerados y movimientos de manos, "afuera, a fumar" - "pero aquí se puede fumar" - "..." - "espera, voy contigo". El olor del aire, el zumbido fabuloso de las noches de fiesta, la calle.
Salieron Raquel, Juan y un chico que no conocía. "sí, nos conocemos de la Facultad, no te acuerdas, de Historia de la Lengua", suponía que sí, claro que sí, me llamó Búfalo y charlamos los cuatro durante más de media hora. Salieron los demás "mira dónde estaban!", más chistes, bailamos en la puerta del local hasta que el de la puerta nos dijo que hacíamos mucho ruido. "Yo conozco un garito nuevo que está de escándalo", Raquel es adorable.
Por el camino cantábamos canciones en francés porque eran graciosas, hacíamos ruido, brindábamos elocuentes, estábamos brillantemente graciosos. "Éste es?, seguro que está abierto?" - "tú empuja la puerta y verás" - brillante, Raquel.
Mosaicos de espejo, pinturas en las paredes, velas y olor de incienso mezclado con polen. La música daba igual. Se metía en la barriga, te hacía pum-pum rítmicamente y antes de estudiar fílmicamente el garito, estábamos otra vez bailando, sonrisas y copas. Humo. "Míralo!, está moviendo las caderas!", una mano en el hombro "tú estás borracho?" - "no... estoy a gusto", exactamente, a gustísimo. Más vueltas y más saltos, la sonrisa de todos reflejada en cada trozo de espejo de las paredes, "ésto no es ron" - "ya, pero a mí me gusta", "no sabía que eras tan de puta madre", "y Luis?" - "en la puerta, tomando el aire", chistes y bailes, brindis y saltos, "le he gustado a la camarera" - "estás loca" - "que sí, mira cómo me mira" - "pues dile que nos invite a otra" - "ya me ha invitado a ésta" - "le gustas. Fijo" - "a que sí?, ya te lo había dicho yo a tí antes".
Ni idea de cuándo salimos. Camino a casa fuimos cantando flamenco, haciendo paradas a las puertas de las iglesias y comentando brillantemente la arquitectura de las calles. Hacíamos el compás incluso, en la puerta de alguna iglesia, bailamos por derecho.
Menuda resaca.

De todo ésto saco dos cosas medio importantes. Una, yo me creía que estas cosas, estas noches así de fáciles, estaban impresas en las fotografías, en el cajón de las cosas que no se repiten, en el pasado. Pues no. Efectivamente, son así de fáciles. Dos, lo de la resaca. Eso es falta de entrenamiento, sólamente. Probablemente, cuando me tire una semana con ese ritmo, realmente me sentiré sano y atlético. La resaca es... como las agujetas, que, cuando no fuerzas el músculo durante mucho tiempo, te tiran mientras se fortalecen. Más o menos.
No?.

Freitag, 18. Juli 2008

Clases de ballet

Todo iba pasando.
Poco a poco se iba haciendo la distancia para verle la forma al bosque. Suficiente. Alejando los dos puntos del plano, salía la sombra de un ciprés. Más o menos. Era como las enfermedades cuando las pasas. Se te olvidan. Como cuando subes con el Google Earth, que, al principio no sabes si es La Puebla o Morón, y después, más arriba, ves que es el sur de España. Todo toma forma. Como el café y el azúcar cuando no los mueves.
Haciendo de astronauta. Voy describiendo órbitas elípticas. Paso mis Primaveras, mis Veranos, mis Otoños y todo lo demás. Y me nievo en los polos. Orbitando alrededor de todos los demás. Poco a poco se iba restaurando el sistema. El Sol estaba allí y todas las lunas, allí. Lo demás eran clases de ballet. Mover las puntitas de los pies para que no se note cómo se mueve uno. Exactamente. El ballet es el toreo sin toro. Esa tristeza le da el valor sentimental al ballet. Y le quita toda la tragedia.
Bailando ballet para que no se note la órbita. Tengo el cuerpo señalado de ecuadores y paralelos, de latitudes y longitudes, de minutos y de segundos. Pasan dos estrellas fugaces. Me suenan. Circularmente, me tomo la trayectoria y el calendario. Van saliendo leyes. Puedo calcular la matemática de la próxima revolución. No tardará. Seguro.
Inviernos, Veranos y todo lo demás. Esta vez seré matemático.

Adoro a Viri y a Gina. Eso es otra historia.

Sonntag, 13. Juli 2008

Yo pensaba que aquello del amor
era algo... impresionante
que era mejor que ser César
que era mejor que lo sublime

Yo pensaba que el amor
era mejor que todas las bicicletas
mejor que las primaveras
y más grande que todos los mares

Yo pensaba que el amor
era sonreir sin saberlo
sentir más allá de los dedos
y pensar que soy bello

Yo pensaba que aquello del amor
era mayor que todas las medidas
que era algo grandioso
yo pensaba que el amor era Dios

Contigo
he aprendido
que no.

Mittwoch, 11. Juni 2008

Postdata

Suframos un ataque de euforia, vayámonos por la tangente, a ver hasta donde llega, hasta un kiosko donde vendan cerveza, supongo, hoy me apetece algo sin complicaciones, qué quieres que te diga, sentarme tranquilo al sol porque hoy sí calienta, el periódico habla del Verano, las senioras tienden en el balcón sus banderas interiores y la cajera del supermercado me ha sonreído, debe ser mi día de suerte, así que suframos un ataque de euforia, hazme el playback de una copla antigua y bailemos mientras el semáforo se pone en verde, yo tocaré el tambor como los osos y tú harás de violinista, empujaré el columpio a las tres de la tarde y volveré a hacerlo si te ríes lo suficiente, porque sí, porque así debería ser un montón de veces, suframos un ataque de euforia con todas sus consecuencias, porque sinceramente, maniana no tengo ni idea de lo que va a pasar, pero hoy... hoy es... hoy, no te parece extraordinario?

PD: Te diría que te echo de menos, pero siempre te digo lo mismo, no te sorprendería. Cubitos de azúcar.

Dienstag, 3. Juni 2008

Juan

Es cierto, Juan, tienes razón. Otra vez.
El mundo se derrumba volúmen dos mil ocho, Jihads de todos los colores, Obamas, nepalíes y Birmania, sectas, iconoclastas, aeropuertos, Palestina pretendiendo dormir, las balas no se pueden cargar de poesía y quién le pone el collar al gato?
Frustrados, locos, visionarios, te vendo la salvación por un precio razonable, mártires, drogas, emos, asaltos a mano armada y polvos de talco en el tabique del vecino. Etiquetas en la brújula, maricones, tortilleras y Cro-Magnones, cruza una manifestación de neo-algo, desagües, papelotes y aduanas, seremos poetas, ya no puedo decirte nada sin que te lo tomes a la tremenda, dime la verdad, miénteme, Olimpiadas, los puros que se fuma Al Gore, Primavera y si no fuera por tí, este blog no existiría.
Censuras, cristianos y leones, pagando las faltas del jefe como siempre, temporada de patos, el destino impreso en la mano derecha, como las declinaciones en ruso, tabaco, ninfas de cera, emails, corridas de toros, prótesis de corazón, madres, canciones de anteayer, siempre pensando en lo mismo, pancartas, el amor, el Betis, Brecht, versión original, la escopeta cargada, dónde vas pensando que eres el mejor?, te pierdes, te encuentras, cambias de camisa y lloras por la que llevabas hace seis anios, temporada de conejos, fiestas de algo, SMSs, seniales de humo, ya no me pasa nada, puedes irte, aviones y taxis, asesinos en femenino y porqué no puedo serlo yo?, párteme las piernas y cuídame el resto de tu vida, culpas, juicios e indultos, las dos orejas, el dopping, el mobbing, todo se dice dando un saltito, diccionarios, patriotas, amenazas, antes tampoco era romántico, trenes que colisionan y fumar a escondidas, un café a tiempo, donde mismo, me hace falta, el resto del mundo susurra "y a mí", aterrizando de nuevo, novatos profesionales, eso es lo que somos.
Después, que me venga una Caperucita a venderme la moralina de las ninias venenosas. Veinte vueltas de ventaja le llevo. Qué poca vergüenza hay que tener. Menuda segunda división. Ya no hay mierdas porque hasta para ser una mierda hay que tener clase. Si me arrepiento, ya lo borraré maniana.
Un abrazo, Juan.

Dienstag, 20. Mai 2008

Carta desde la Conchinchina

Pasando por encima de los puentes, el mundo con su camino lento midiendo el tráfico con los pasos de los taxis. Pasando por los puentes, buscar en el pecho de los edificios cuál será mi ventana, mi escondite desde donde disparar un humo que pronto desaparece.

"Quizás sea aquella ventana alta y brillante", "Quizás sea esa ventana la que podría ser mía", una ventana desde donde medir los taxis y oler los geranios de los balcones, una ventana con las alas abiertas, una escafandra, una botella de oxígeno que no se me entorpezca en la garganta, una ventana y no más. Una ventana.

En las cartas de presentación pondré "Extraño con alma de taxi: me iré mañana, no te acostumbres demasiado o todo se convertirá en otra cosa". En las cartas de presentación pondré "Sólo para días señalados. No abusar del ruido". Así la puñalada no será trapera. Así las nanas tendrán el color de las nanas. Pondré "Buceador sin tubos: Suelo cambiar de color según la posición de la Luna. No te preocupes si dejo de respirar, forma parte de mi trabajo".

Después me podré vender por el precio que quiera. Podré prostituírme con estilo diciendo que no pasa nada, que sólo son diferencias culturales, a partir de ahí me haré de oferta, de reclamo, de recompensa y de premio a la mejor postora, a la mejor im-postora, para que me pueda doler algo cuando acabe, porque algo tiene que doler. Si no duele, ¿cómo voy a darme cuenta que soy de corcho?. Me haré un anuncio publicitario y me dedicaré a sonreír a las niñas que pretenden algo, me haré de cartón y serviré para hacer mudanzas de una piel a otra, y, mientras tanto, me dedicaré a hacer arquitectura con las piernas de mis amantes.

Después me haré caramelo y me dedicaré a derretirme en las bocas de los metros, después volveré a ser taxi y llevaré a la gente de un lado a otro para que conozcan mis Nortes, mis Sures, mis éstes y mis otros, para que me crucen la cabeza de un lado a otro con los poemas que no me tocan, con los poemas que se inventan para pretender una lágrima pasada, con una testosterona adormecida y tonta, con un mapa de los días anteriores. Después mi sabor cambiará de textura y se hará de otros hilos, hilos que se deshacen cuando se abren las ventanas.

Por encima de los puentes, cerca de la altura de los rascacielos, hacer guardia hasta que la familia de los ladrones canten victoria. Brindaremos con vino malo y tendremos resaca hasta las tres. Cantaremos himnos al buey de oro y nos expulsarán del Reino de San Santurrón, de San Turrón, patrocinador de las Navidades en familia. Nos excomulgarán, no podremos volver a casa y, a cambio, tendremos todas las casas del mundo para poder dormir de un modo secreto, detrás de cualquier ventana, en cualquier pecho de cualquier edificio, donde cualquier aliento sabe a gloria, entonces las mañanas serán largas y de lluvia. La próxima estación sigue mejorando. La próxima parada será en Venus.

"Cinco minutos más", las piernas enredadas y los cristales de las ventanas empañados, un reloj que da las noticias. Ella se despierta: -"¿tienes un cepillo de dientes sin usar?" - "Sí, tengo una caja de cepillos de dientes nuevos, coge cualquiera" - "Sólo quedan tres" - "Mañana compraré otra caja". "Oye, te llamo a ver qué haces esta noche". Ella se llamará de manera diferente, caminará de manera diferente, todo en ella será diferente. Normal. Pero yo ya me habré cansado de perder la calma y me dedicaré a escribir los números de teléfono con tinta mágica, de esa que escribes y después desaparece, después me dedicaré a perder direcciones y volveré a ser taxi: Respetando la tarifa te llevo más allá de la Luna.

Si algún día decides escaparte de casa, no me busques, pero si quieres dar una vuelta a ver mi nueva cocina, móntate y cierra por dentro.


Donnerstag, 24. April 2008

Procuraba no pensar. Allí afuera estaba el sol mediocre y virtual de un Múnich a medias, donde no calentaba nada. Ni la cerveza, ni las mantas ni... ni el alma.
Procuraba cocinar regularmente. No sé, sería alguna manera de resucitarme. Otra manera de vudú. Sólo lo conseguía cocinando y escuchando un MP3 que me traje de casa. Aún así, ni el café me sabía igual.
Yo recordaba que, en realidad, yo era un patán. Un patán lleno de trucos de magia, de frases audaces y presuntas, un mamarracho de gusto exquisito y, a cambio... a cambio, cada treinta y cinco minutos alguien paseaba su perro delante de mi ventana. Eso era lo más excitante de las tardes. Yo quería decir "mierda", pero me salía "Scheiße".
Juan no estaba cerca. Ni Juan ni Bea. Ni Juan ni Bea ni Jose. Ni Juan ni Bea ni Jose ni Carolina.
Y así podría seguir hasta treinta y pico.
Resumiendo, me hice un croquis:
- Me intentaba recuperar a mí mismo.
- Ya no era un patán.
- Nadie estaba cerca.
- Me seguía intentando recuperar a mí mismo.

Recuerdo una vez en el Farándula, un bar legendario de Sevilla. Llegamos borrachos, algunos amigos y yo. Me apoyé el corazón en la barra. Recuerdo que la camarera me dijo con desprecio "Qué quieres, guapetón?" yo le dije "Tienes a Ella Fitzgerald?" - "No, aquí sólo se pone rockanrol" - ella se refería a la música, pero yo quería a Ella Fitzgerald. A Ella Fitzgerald de verdad. Cómo iba a venir Ella Fitzgerald a verme?. La camarera no me entendió. "Pues ponme una Cruzcampo".
Ayer en un restaurante vino un camarero impecablemente blanco. "Was hatten Sie gern?". Yo le respondí "Sevilla, bitte". No me comprendió. Arrugó la cara y dijo "Entschuldigung?". Dejé la carta en la mesa y me fui.

Dienstag, 8. April 2008

Me extirparé el corazón.
Respetaré los porcentajes de las anestesias y no me importará.
Me transplantaré un Euro en el pecho y sólo pensaré en las cosas sin importancia.
Me extirparé el corazón. No lo quiero.
Me extirparé el corazón.
Adoraré las Matemáticas y la Física.
Me comunicaré con números y no seré más débil.
Funcionaré exactamente.
Me extirparé el corazón.
No habrá nada que valorar.
Mediré sin conclusión.
Como los relojes.
Me extirparé el corazón.
Nada significará excesivamente.
Me extirparé el corazón.
Me extirparé el corazón.

Donnerstag, 28. Februar 2008

Otra

Todo en su sitio, como debe ser. Tuvo que llover cuando llovió, tuvo que salir el Sol cuando salió, eso está bien, los santos a un lado y los hijosdeputa a otro, como debe ser. Ya no necesitamos caretas, ya se ven venir. Ahora podemos predecir los accidentes mejor que Nostradamus: Fiestas privadas, “felicidades” – “te he hecho una tarta” – “toma, te he grabado este cedé” y cien conversaciones que son la misma, “ya nos veremos”, ya no me juego la piel de mi oso por el pellejo de una liebre, me he refinado, ya no colisiono por colisionar, he aprendido a torear con la izquierda y eso salva de la tragedia, ahora, con un imbécil, me callo, que lo eduque su Madre, el mundo gira gracias a los imbéciles, no creo que necesite mi ayuda.

El mejor truco: el de desaparecer. El mejor jamón es el que me como en casa. A estas alturas de la película prefiero preferir a elegir entre un montón de regalos (“crees que las cosas se regalan?” – “entonces deberías aprender a hablar, no?”), me parece cojonudo que todos tengan la razón, y cada vez más, me dan miedo los mensajes al móvil. Esas pequeñas implicaciones, esos matices con las palabras, esa milimetría para dos renglones, menudos misterios. Bocas del lobo? Caperucitas? Historietas para no dormir? – mira, como si lloviera o lloviese. Si quieres te enseño los tatuajes de las anteriores. El mejor truco.

Más información: Lean la fecha de caducidad, después, cada uno con su conclusión. Cada uno tiene su paraíso y eso me parece... cojonudo.

Donnerstag, 7. Februar 2008

Bálsamos

Cada noche me pasa lo mismo. Tropiezo, caigo, me enfado y con gusto lo mandaría todo al retrete si no fuera por... el Amor. La Ley del Transeúnte. La sístole y la diástole de los semáforos. El diluvio ordenado de las avenidas y, detrás de los edificios de nueve plantas, brilla la moneda ruidosa de las luces de mercurio ardiendo.
Malditos sean todos.
Cada noche me pasa lo mismo. Me infecto, me cambio la piel y salgo nuevo. A cambio, me voy quedando más pequeñito. Como las Matrioshkas rusas. Si no fuera por la hinchazón, desaparecería de tan pequeño. Si no fuera por mi azotea, o por mi alféizar. Si no fuera por las doce de la noche, sería un cliente perfecto. Si no fuese porque se me hincha el pecho de vez en cuando.
Cada noche me perdono la vida. Me soy paciente, me doy una tregua, me absuelvo pecatis tuis y me concedo redención. Si no funciona, me escapo. Y menos mal que me escapo. Una botella de oxígeno, o algo parecido.
Bálsamos. Metadona para el alma.
No se lo digas a nadie, ya casi soy profesional.
Cada noche me pasa lo mismo.
En fin.

Montag, 14. Januar 2008

 
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