Juan

Juan, tú no eres poeta
no eres un fingidor
no mientes, no burlas
y eres incapaz de la mitad

Así que, Juan, si quieres
en vez de sentir
a ver si te atreves
y empiezas a mentir

Para Juan, con honor

Mittwoch, 30. Juli 2008

Caramelito Hard Rock

Era el fabuloso Caramelito Hard Rock. Intentando saltar a la comba sin perder el sentido, otro tipo de salsa, donde los rincones tienen cerveza y las azoteas todas miran al mismo sitio. Menudo patán, Caramelito Hard Rock. Olvidándose la tensión debajo de la barra del bar, con sus ojitos colorados, hablando de entrepiernas con la mano en el corazoncito, como si detrás de un "vente" viniera un "veintiuno", yo quería ser futbolista, pero eso no viene al caso.

Agujetas

Exactamente. Tan fácil como jugar. Quiero decir, Verano; quiero decir, cualquier noche; quiero decir, anoche.
La música me daba igual, habíamos salido a tomar una copa, que fueron dos, que fueron cuatro y cuántas más, garitos coloridos, flores en el techo, muros pintados, flashes de luz, saltos, "estoy bailando" - "no, se hace así" era divertido, "y Luis?" - "Ha ido por otra copa", estrechamente moviéndonos al mismo ritmo, luces negras y flashes, saltos, caras, sudor, Raquel muerta de risa, humo. "Esta es para ti" - "pero si no he terminado la mía. Qué es?" - grita algo que no entiendo, me parece bien, sabe delicioso, moviendo la cabeza como las marionetas, "pero mueve la cintura", chistes, estábamos bailando en un antro con el suelo negro y una bola de discoteca, las caras divertidas, bailando con diferentes gestos la misma música, no importaba cuál, con cuidado por la copa.
"Adónde vas?", gestos exagerados y movimientos de manos, "afuera, a fumar" - "pero aquí se puede fumar" - "..." - "espera, voy contigo". El olor del aire, el zumbido fabuloso de las noches de fiesta, la calle.
Salieron Raquel, Juan y un chico que no conocía. "sí, nos conocemos de la Facultad, no te acuerdas, de Historia de la Lengua", suponía que sí, claro que sí, me llamó Búfalo y charlamos los cuatro durante más de media hora. Salieron los demás "mira dónde estaban!", más chistes, bailamos en la puerta del local hasta que el de la puerta nos dijo que hacíamos mucho ruido. "Yo conozco un garito nuevo que está de escándalo", Raquel es adorable.
Por el camino cantábamos canciones en francés porque eran graciosas, hacíamos ruido, brindábamos elocuentes, estábamos brillantemente graciosos. "Éste es?, seguro que está abierto?" - "tú empuja la puerta y verás" - brillante, Raquel.
Mosaicos de espejo, pinturas en las paredes, velas y olor de incienso mezclado con polen. La música daba igual. Se metía en la barriga, te hacía pum-pum rítmicamente y antes de estudiar fílmicamente el garito, estábamos otra vez bailando, sonrisas y copas. Humo. "Míralo!, está moviendo las caderas!", una mano en el hombro "tú estás borracho?" - "no... estoy a gusto", exactamente, a gustísimo. Más vueltas y más saltos, la sonrisa de todos reflejada en cada trozo de espejo de las paredes, "ésto no es ron" - "ya, pero a mí me gusta", "no sabía que eras tan de puta madre", "y Luis?" - "en la puerta, tomando el aire", chistes y bailes, brindis y saltos, "le he gustado a la camarera" - "estás loca" - "que sí, mira cómo me mira" - "pues dile que nos invite a otra" - "ya me ha invitado a ésta" - "le gustas. Fijo" - "a que sí?, ya te lo había dicho yo a tí antes".
Ni idea de cuándo salimos. Camino a casa fuimos cantando flamenco, haciendo paradas a las puertas de las iglesias y comentando brillantemente la arquitectura de las calles. Hacíamos el compás incluso, en la puerta de alguna iglesia, bailamos por derecho.
Menuda resaca.

De todo ésto saco dos cosas medio importantes. Una, yo me creía que estas cosas, estas noches así de fáciles, estaban impresas en las fotografías, en el cajón de las cosas que no se repiten, en el pasado. Pues no. Efectivamente, son así de fáciles. Dos, lo de la resaca. Eso es falta de entrenamiento, sólamente. Probablemente, cuando me tire una semana con ese ritmo, realmente me sentiré sano y atlético. La resaca es... como las agujetas, que, cuando no fuerzas el músculo durante mucho tiempo, te tiran mientras se fortalecen. Más o menos.
No?.

Freitag, 18. Juli 2008

Clases de ballet

Todo iba pasando.
Poco a poco se iba haciendo la distancia para verle la forma al bosque. Suficiente. Alejando los dos puntos del plano, salía la sombra de un ciprés. Más o menos. Era como las enfermedades cuando las pasas. Se te olvidan. Como cuando subes con el Google Earth, que, al principio no sabes si es La Puebla o Morón, y después, más arriba, ves que es el sur de España. Todo toma forma. Como el café y el azúcar cuando no los mueves.
Haciendo de astronauta. Voy describiendo órbitas elípticas. Paso mis Primaveras, mis Veranos, mis Otoños y todo lo demás. Y me nievo en los polos. Orbitando alrededor de todos los demás. Poco a poco se iba restaurando el sistema. El Sol estaba allí y todas las lunas, allí. Lo demás eran clases de ballet. Mover las puntitas de los pies para que no se note cómo se mueve uno. Exactamente. El ballet es el toreo sin toro. Esa tristeza le da el valor sentimental al ballet. Y le quita toda la tragedia.
Bailando ballet para que no se note la órbita. Tengo el cuerpo señalado de ecuadores y paralelos, de latitudes y longitudes, de minutos y de segundos. Pasan dos estrellas fugaces. Me suenan. Circularmente, me tomo la trayectoria y el calendario. Van saliendo leyes. Puedo calcular la matemática de la próxima revolución. No tardará. Seguro.
Inviernos, Veranos y todo lo demás. Esta vez seré matemático.

Adoro a Viri y a Gina. Eso es otra historia.

Sonntag, 13. Juli 2008

 
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