Tangentes

Pasamos sin tocarnos siquiera. Perdidos cada uno en su guión milimetrado, intentamos hacer un hueco en cualquier banco de las ocho de la tarde y sólo quedó el hueco. Intentamos. Variar el rumbo del barco, gigantesco de cada uno, pero quedaba demasiada agua sin navegar. Aquello del instinto era lo peor. Los instintos, quiero decir. Uno decía: Que no sea, café, que sea cerveza; otro decía: No puede ser, dejaré de contestar y la sangre no se saldrá de las venas; otro decía: Tenemos que aterrizar en el mismo aeropuerto. Y los veintidós años me arañaban la espalda y me apretaban el pecho como si ocurriera u ocurriese.
Tiré el móvil para que no me acusara. Quiero decir, yo mismo. Me excomulgué de la comunión por exceso de exceso e hice como si no estuviera. De hecho no estaba. No quería estar. No podía estar. Yo no estaba allí, así que pasamos sin tocarnos e hicimos como si no nos hubiésemos tocado. Dos enormes barcos que no siquiera asoman las alas por las ventanas de un verano en transición. Otra transición. Ésta ya duraba más de cinco años. Volvimos a ser higiénicos. Ya éramos profesionales. Incluso teníamos los vicios viciados: Nos salía tan bien que no queríamos volver a serlo.
Tangentes. Todo era tan complicado que no merecía la pena. Estábamos ta tranquilos siendo otra persona que porqué estropearlo por culpa de la literatura.

Sonntag, 24. August 2008

Medidas

Bismil·lâh al rahmán y rahim


En Capadocia las fuentes son azules.
En el Yucatán el horizonte es esmeralda.
En Borneo, el amanecer es como la miel.
En Sevilla, el sol es vino fino.
En la India, el espíritu es tornasol.
En el Tibet, la muerte es del color que tú quieras.


Juan, tienes razón, no hay más listo que Dios. Da igual cómo se refiera. Opio del pueblo, si se quiere. Abrazos de corazón, lamentaciones y Georgia. Nosotros, ergo la vie en rose, nos lamemos las heridas contagiadas por las noticias y exigimos una enmienda, consumidos por la desesperación y la resignación. Los toros desde la barrera. Uno mira al mundo y se pregunta "Hay alguien ahí?". Uno mira al calendario y parece que miente. Cuándo llegará el tiempo de la bonanza?. Cuándo bajará Dios, a aclarar si lleva barba o túnica naranja?. Dónde está el vino, el nuevo vino?. Tendrán razón las religiones, al decir que la liberación viene a través de la muerte?.

Cada vez creo menos en las opiniones. Ya dejé de creer en La Realidad y en La Razón y de buena gana me dedicaría a repartir insultos si no fuera por aquello del respeto. Otras veces lo intento y acabo por arrepentirme.

Juan, tienes razón en todo. Sólo una cosa. Cuando el término "Dios" se hace más grande que "Personas", eso no justifica ninguna razón. No es eximente de nada. Ni de la estupidez.

Un abrazo, y perdón por la osadía.

Donnerstag, 14. August 2008

Siguiente

Al día siguiente quedaban muchas cosas por hacer. Barrer, fregar, ordenar... resituar cada planeta en su órbita, para que no se notase demasiado. Yo tenía un tocadiscos. Decían que era un antiguo, escuchar saltitos en la música cuando podía disfrutar del sonido perfecto, impecable, brillantemente falso de un cómpact disc, incluso me habían regalado dos "eme pé tres", uno lo regalé y otro lo tengo que tener por ahí. Blossom Dearie era perfecta con ese ruído de fondo. Puse con cuidado la aguja en el disco y después de dos truenos lejanos, ahí estaba, fresca desde el 58. Siempre pensé que debería escribir una novela de criminales, pero seguro que significaría otra cosa.
Al día siguiente quedaban muchas cosas por hacer. Limpiar, colocar... puse el tocadiscos y me remangué. Había que dejarlo todo a punto para la próxima vez. Si no está todo en órden no se puede desordenar. Como vestirse bien para las fiestas. Como hacer deporte, cuidarse y esas cosas. Como hacer la cama. Sonreí con media boca, cuando pensé en la cama. Y con lo de hacer deporte. Cada cosa en su sitio.
Decidí no aplicarme el cuento.

Montag, 4. August 2008

 
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