Recovery System

Solías decir que no importaba.
Que enterraríamos el muerto sin ceremonias y sin lutos.
Se nos ocurrió hacer una feria y después llegó la resaca.
Y se nos despertó el hambre a deshora y por la espalda.

No hice ruido al cerrar la puerta.
El sol salía por el alféizar de detrás de tu ventana.
Fui desapareciéndome como el azúcar en el café.
Hacia el amor de cromo y cristal de los edificios más altos.

Entonces empezó la temporada de la lluvia.
La cordura de las manianas, el uniforme de la camisa planchada.
Desfilando la marioneta hacia un lugar desinfectado e higiénico.
Donde reinaban las letras del periódico y el parte del tiempo.

No me digas que me volví invisible.
Se me fue borrando la memoria como hace el aire en la playa.
Como hace el humo me fui evaporando sin quejarme un centímetro.
Desbarajando las cartas que escribiste una a una con tanto cuidado.

No me digas que te volviste invisible.
Te fuiste esfumando como los trucos de espuma de cerveza.
Te embarcaste en el tejado de anteayer y dejé de esperar.
Matando el tiempo como el que aplasta un cigarrillo.

No me digas que nos volvimos invisibles.
Y ni siquiera nos reconocimos al cruzarnos por la avenida.
Y ni siquiera nos mezclamos como hace el viento cuando empieza Otonio.
Ni siquiera se nos ocurrió echarnos de menos el uno al lado del otro.

Las operaciones funcionan correctamente.
Hemos logrado reducir el dolor a un ochenta y dos por ciento, ya no mata.
El orden en el ritmo de latencia sigue siendo el correcto y recomendado.
Todo funciona, funciono, como funciona el mecanismo que mide los minutos. Y los segundos.

Mittwoch, 24. Oktober 2012

 
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