Las pulsaciones normales del corazón oscilan entre 70 y 85 por minuto. Cuando estás ciego de cocaína pueden llegar a las 100. Si la cortas con Speed bueno pueden llegar a las 125 y no temer una taquicardia. Se consume casi el doble de oxígeno, los músculos se comprimen y descomprimen vertiginosamente, se adquiere una velocidad y precisión casi exactas en cada pequenio movimiento y la concepción del miedo desaparece.
Es la una y media de la madrugada, vamos en coche Marta, "Gallego", Sandrita y yo hacia la playa. El coche va a ciento ochenta y cinco kilómetros por hora y suena el I want to tear you apart. "Gallego" lleva medio cuerpo sacado por la ventana mientras grita. No existe el miedo, todo lo contrario, deberíamos ir más rápido. Marta quiere meterse otra pero habría que parar y no tenemos tanta paciencia. La carretera podría pasar más rápida. Todo se precipita delante del parabrisas mientras le paso otra vez el cubata a Sandrita, que conduce. Yo me sé de memoria la letra de la canción y la voy gritando para gastar energía. "Pónlaotravez - pónlaotravez" grita Sandrita cuando termina, ha sonado unas diez veces y "Gallego" vuelve a fliparla por primera vez mientras me grita "HazteunporroBúfaloostia quesiestonovamásrápido voy asalircorriendo yseguroquellegoantes", mis músculos obedecen exactamente y siento la velocidad de la sangre en los costados, en el pecho y en las piernas. Marta tiene la cara torcida, aprieta los dientes y me dice que tengo la cara torcida, yo sólo respondo "DalevozGallego dalevozqueestacopla esfabulosa". "Ostiasubelaventanilla quesemevaelcondumio joder". Sandrita no tiene paciencia y le ordena a Marta que se haga otro porro "joderustedes lopodéisflipar peroyosólopuedo mirarparaadelante". Le paso el jachís. Ella se mueve como por actos reflejos. "Gallego" estira el cuello y tuerce el gesto, desde la parte de atrás puedo escuchar las pulsaciones precipitadas de los cuatro corazones, bombeando como locos mientras vuelve a sonar la misma canción. Es fabulosa. He tardado segundos en hacerme este porro. En apenas dos caladas ya va por la mitad. "Hijodeputapásameelporro sinoquieres quequitelamúsica". "Gallego" sigue gritando la letra de la canción. Todo es vertiginoso y preciso. La garganta está anestesiada y amargosa. Un horrible olor a disolvente. "PásameelcubataSandrita túnopuedesconducirmientrasbebes" "vale vehaciéndoteotroporro". El cuentakilómetros marca ciento ochenta y es como si paseásemos. Siento que la aorta me va a reventar, intento estirarme para que la sangre fluya sin problemas y el único alivio que siento es cuando aprieto los dientes. Marta me pasa el canuto, acerca su cabeza y me dice "que no te entre la paranoia". Su voz suena normal. Me tranquiliza. "Porquésabesque meestáentrandola paranoia?" yo no sé controlar mi tono de voz, "el truco está en controlar la respiración". Lo intento pero no me sale. "Joderamínomesale voyahacermeotroporro aversiasí", mientras saco los avíos le digo "ostiaquébien locontrolasno?" - "... no..." - "cómoqueno?" me contesta "a mí me da por follar" - "ostia... puesfollarahora estádifícilno?... comonotehagasundedo sinqueseenterenadie" - "ya, pero no me fío de "Gallego"". Por el retrovisor, Sandrita nos está mirando y se ríe. "Gallego" lepregunta "porquéteríeshijadeputa?" - "... AMartaleestáentrando laparanoia" "Gallego" gira la cabeza exageradamente y con grandes gestos "quétepasaMarta?" - "quiero fumarme otro, pero ya se lo hace Buff" y yo vuelvo a gritar "ponotravez laputacopla queesdeputamadre". Gallego vuelve a poner la misma canción y vuelve a fliparla, Sandrita le dice "ahoravoyaparar ynosmetemosunachiquititavale?". Yo siento que no me cabe más, el corazón apenas me cabe en el pecho y Marta vuelve a hacerse otro.
Habíamos comprado por separado. Dos gramos de cocaína y tres de Speed. Gallego había cortado sólo un gramo y los cuatro estamos a tope. Hay que cortar más y seguro que se le va la mano. "Paraenunsitiodondevendanhielo". La sístole y la diástole casi se pisan el compás y todos con la cara apretada. Apretadísima. Marta ya lo tiene encendido y cuando me lo pasa me dice "ésto no se lo vayas a contar a nadie vale?" - "tútranquila aquiénselovoy acontar?". Yo soy un caballero, nunca cuento estas cosas.
Yo nunca cuento estas cosas.
Vuelve a sonar la misma canción y todos gritamos. Un horrible olor a disolvente amargoso, dientes apretados y cara de odio. Sandrita dobla la boca. Creo que intenta reírse.
Cocaína
Publicado por Búfalo um 18:36 4 comentarios
Etiquetas: Telegramas
No van a follarte como yo
No voy a caer en recordarte cómo ni cuándo, ni te voy a mentar sitios ni habitaciones, pero me da que sabes a lo que me refiero. Y aunque te vayas con otro de ésos seguro que no has olvidado cómo sabe mi pasión. Ésos no van a follarte como yo, no tienen lo que yo tengo, a esa gente no les va esa mierda dura y deportiva y sabes que es verdad si te digo que a los demás les dan asco esas cosas. Son muy finos y muy cultos ellos.
Ahora seguro que recuerdas las cositas que me decías y las reacciones que tenía, las respiraciones contenidas y las ventanas por las que creías que nos veían. Cuánto hace que no echas un buen polvo? no me contestes, déjame que lo suponga.
El sabor. La barbaridad. Aunque la mismísima Luna se asome por ahí afuera sabes que me da igual. Si te quieres quitar de encima esa tensión que no te deja vivir tranquila y esa presión que te machaca las sienes ya sabes lo que tienes que hacer. Si te quieres quitar la piel de tu personaje y dejar que te planchen las arrugas a base de bien, no crees que de eso entiendo un poquito?. Nadie te ha puesto como te he puesto, los demás lo considerarían "maltrato", pero sólo duraba lo que quisieras y nunca dijiste nada en contra, precisamente.
Las cosas que te pasan por dentro. Eso no se cuenta en un café ni en una reunión de amigotes, las cosas que te pasan por dentro sólo las sueltas y no precisamente en una conversación o en una postal. Lo que has soltado lo sabemos tú y yo y tampoco hacen falta más detalles. Así que, si sabes lo que te hace falta y si sabes quién lo tiene, sólo llámame, sabes que te comprendo, volverás a sentirte igual y yo estaré de acuerdo, no se lo podrás contar a tu mejor amiga porque sonaría pervertido y depravado pero será dulce guardar esos tesoros para saber lo que puedes dar de ti y lo que puedes coger del otro.
Te acuerdas cómo sabían esas cosas?, recuerdas las agujetas y la manera de sonreír?, si la gente supiera la mitad... qué pensarían?
Samstag, 6. Juni 2009
Publicado por Búfalo um 16:26 5 comentarios