Trafico mi alma por los agujeros donde se escapan las cosechas de invierno. Qué cobarde!. Y si fuera un chivato diría a las claras dónde está el suelo que piso, lástima, me muero de ganas de contarte las azoteas, los alféizares, el olor de la luna que pasa por delante de mis ventanas casi siempre, si no hiciese tanto frío el tiempo pasaría más lento, si supieras, si tú supieras cómo se hace un agujero todo el saco en el que he metido lo que me quedaba.
Se me hace la lengua de trapo antes de empezar a llamarte, me rajo el pecho a ver si me respira el aroma esquinero, esta vez no te vienes conmigo, me dijo, esta vez no te vienes conmigo, si supieras con qué ganas se me rompe la cabeza cada vez que sales en ese anuncio, me llora el colchón y a cambio, le pinto películas para quedarme dormido. Me sueno en la canción de los supervivientes, y hoy he vuelto a oírme diciéndole al espejo “te quiero”, no te rías, de alguna manera lo necesito, me muero de ganas por estrellarme contra la pared de tu balcón, por salir por tu baniera, por hacerte cosquillas en las tripas a destiempo, embarcarme en tu tejado y no dejarte dormir, si tú supieras, que el ruido de tus tuberías son mis dedos araniando.
Y lo mismo soy capaz de cometer la hazania y mato a todos los relojes, parece que algo dejó de funcionar ahí dentro y sueno a roto, no voy bien, atraso, sigo hablando en azul, en verde, el manojo de colores que cabe en tu jarrón, que sólo el verde, seré inconsciente, tirando por los callejones los suenios que cobro cada fin de mes, navegando el barco de las tardes que llueve, me hago de comer y me pongo la mesa como si no hubiese pasado nada, cada quince minutos me alegro de algo que ya no recuerdo, lleno el saco de las cosas que aprendí de memoria y siempre encuentro un agujero nuevo, no mires, voy a volver a morirme, ahora vuelvo, ves? ha vuelto a no pasar nada, la costumbre ya puede más que el estómago, ahora quiero tener hambre, tu perfume que sigue durmiendo ahí al lado, y casi veo tu sonrisa de media boca hablándome de cuando las estaciones eran de tren, me empacho la cabeza de tantos kilómetros, enciendo otra vela para pedir el próximo día, si supieras, que con la cera he hecho un libro que ni yo entiendo.
Después doblo la esquina de tus besitos de buenos días, como si el frigorífico tuviese el reflejo del río, vuelvo a oler tu almohada de refilón cuando hago café, parece un chiste, parezco un chiste, te encantaba reírte cuando te hacía fotos, qué bonto era tener celos, desesperarse, cuando teníamos el corazón grande y éramos capaces de llorar por estar juntos otra vez. Observo el polvo del abrigo de entonces. Yo tenía corazón. No es divertido?. Me desbocaba gritándote piropos y te cogía las tetas cuando me decías que no podía, y te miraba las piernas y me empalmaba sólo con pensarte. Yo tenía corazón. Creo que era divertido. Era divertido perder el control para explicarte lo preciosa que eras una y un millón de veces, no lo he hecho bien, déjame que empiece de nuevo. Termino el café ya son las siete, tomo mi bufanda y la bicicleta, mientras llego a alguna conclusión que siempre se me olvida por el camino. Por el camino.
Y me viajo cada día para salvar el culo de mi alma, morfina para el corazón y mira qué duro me he hecho, ya soy una persona mayor, como tú, tengo mis grandes problemas y mis cosas importantes entre manos, soy tan responsable que me da vergüenza de lo mentira que es, mira qué mayor soy, ya casi no sonrío, voy a bailar solo, para que nadie me vea y si escuchas con cuidado me podrás oír bailar desde el otro lado de tu pared, he aprendido a vivir en tus pisos de al lado, si tú supieras, que te escucho todas las noches antes de que te quedes dormida, que no me acostumbro a quedarme sordo, que sin escucharte no duermo, que si no te escucho no oigo, me vuelve el frío y acércate que la estufa ya no me sirve, siempre tengo la sensación de levantarme después de haberme caído, siempre siento que me estoy recuperando.
Y acabo metiéndome en el saco, y acabo escapándome por un agujero por donde me gotean las cosas que me quedan por decirte, y me voy acabando mirando retratos en los que sales tú sonriendo y yo escondido, a mí también me daba vergüenza salir en las fotos, ya sé que te has olvidado, yo sigo descacharrado, ya ves que sueno mal, este ruido se me escapa del pecho cada vez que me siento, y hoy me ha salido sin sentarme.
Descacharrado
Publicado por Búfalo um 18:36
Etiquetas: Abenyusuf, Cartas, Telegramas
1 Comment:
Yo siempre voy andando tan pegado a sus hombros que casi me lastimo mirándola, una voz aflora en medio de tantos pasos atléticos, dice "menos silencio es más soledad, menos amor es más derrota, menos pintura es más camino, y etc.", una moral de halcones.
Siempre voy andando dejándome cosas suyas por el camino. Por el comedor, atravieso la habitación con un olor penetrante de silicona, coño y tragedia. Me encamino.
Mis cacharros, mis noticias de monaguillo y la hucha para los chinitos. Pero la tarde ya no es fantástica, mientras ella se acuesta abriendo las persianas que dejan subir los ruidos de la calle. Callo.
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