Cogiendo zetas

Nos habíamos ido al bosque. Menuda idea, la de irse al bosque. Era la una de la madrugada y no habíamos cenado demasiado. Se podían oír los ecos de los árboles, búhos, ardillas, crímenes secretos que sólo se podían escuchar, chillidos, aleteos y la luna, si pudiera, seguro que también tendría un poco de miedo. Menuda idea, la de irnos al bosque.
Yo me encontré varias zetas. Había zetas, jotas, efes y hasta alguna uve, pero yo quería coger zetas. Mientras seguía cogiendo zetas llega asustada y me dice que no está bien. "No estoy bien" me dice, qué graciosa, pero yo la veo asustada y le pregunto qué le pasa. "Qué te pasa?" le pregunto, y ella me dice mientras toma aire "era como el chillido de un animal recién nacido llamando a la madre... y chillaba... y yo empecé a buscar de dónde venía... y la luna sólo estaba la luz de la luna... y seguí el ruido... detrás de los matorrales... y... y era un bebé que lloraba..." yo seguía riéndome porque lo veía gracioso y sigue "... y el bebé, cuando me ve, deja de llorar..." para mí era divertido "... y deja de llorar y me sonríe, pero el bebé... el bebé tiene dientes" yo me muero de la risa mientras la abrazo y le digo que busque zetas conmigo. "Tú también tienes dientes, no pasa nada", le digo, y se confunde mientras descubre que tiene dientes, se los toca con la lengua y los dedos y me pregunta si es un bebé. "Soy un bebé?", me pregunta y yo le digo que sólo a veces. "Sólo a veces", le digo, y ella parece que lo comprende "... ah, y ahora toca... ser bebé...", yo le digo que sí, y que yo estoy cogiendo zetas. "Las uves y las efes no, sólo una bolsa grande", le digo. Ella no entiende de qué estoy hablando y me dice que porqué no hablo su idioma. "Porqué no hablas mi idioma?", me pregunta y yo le digo que claro que sí. "... que si quieres coger zetas te tienes que concentrar", y estalla en una carcajada que retumba hasta en las cataratas de allí al lado.
"No te rías tan fuerte, que retumba en las cataratas", le digo y bueno, yo creo que no lo entendía del todo, yo pensé que no puedo decir las cosas que pienso. "No puedo decir las cosas que pienso", pienso mientras ella se sigue riendo. Yo tenía miedo porque era un bosque. "Y los demás?" le pregunto: "Y los demás?" y me dice que están jugando. "Están jugando con las calaveras", me dice, claro, y yo le pregunto si vamos con ellos. "Vamos con ellos?", le pregunto y me dice que sí. "Sí", me dice.

Freitag, 20. März 2009

Arcadas II

Abramos la cajita de los horrores, te manda el cielo para cargarme de cuchillos o para acolcharme un cajón de rojo?, la providencia cargada de deseos y de serpientes, menuda morfina, para hartarnos de manzanas, has traido dos bandejas de plata, ahora sólo faltan nuestras cabezas.
El corazón se me empalma cuando descuelgo el teléfono, tu toro va desgastando las horas a ver dónde recaigo y los hospitales a esta hora andan cerrados, seguro que me has preparado un saco de dormir para que nos calentemos las tripas con algo que no sea sopa y mientras tanto, más allá las montanias de aquí al lado, te vas tallando mi nombre en el olivo de tu brazo izquierdo, suena la sinfonía de la agonía. Sígueme los pasos, me los sé de memoria.
En la cerveza de tus Viernes por la noche salen a flotar los barcos que debimos estrellar, un fabuloso espectáculo lleno de tropas de cartón y corcho blanco, escopetitas de plomo, lazos con agujas, las drogas que no nos tomamos porque no nos cabía, saliendo por el corcho de la botella de tinto, toman forma los callejones de tu pecho lleno de esquinas y navajeros, mira, para cantar la copla que pretendes hay que naufragar tres veces en la bahía de tu omoplato, hay que atascarse la garganta a base de gritos amordazados y que no salpiquen al interlocutor, hay que sonreir con la perfidia de los días revueltos y pretender que no fueran veneno, para tatuarse la retina con tu paraguas sólo hay que estrellarse en el cielo de las ostias que debiste darme, las que te callaste porque, en el fondo, no era lo suficiente criminal, criminal, en el fondo, en el fondo sólo hay peces, olvídate de lo del tesoro.
Ahora dí que fueron violines y pianos, ahora relata la historia con los colores de los cuadros que dijiste que pintarías, menudos viáticos al rincón de tu cuarto, menuda cristalera que daba a la avenida, recuerdas?, la partimos cuando saltamos para suicidarnos, recuerdas? somos los únicos que nos hemos suicidado más de cinco veces, esas cosas no se olvidan, ahora intenta aterrizar tu avión en mi pasillo, yo fui el que mató a tu perro, nos lo comimos con Rioja la noche de tu cumpleanios, recuerdas?, dijiste que tenía mucho comino y yo no contesté porque no había comprado comino, tu estómago es un cementerio carinioso donde se abrazan las almas los muertos de frío, una especie de útero donde duermen las tardes acolchadas de cuando nos dedicábamos a acuchillarnos, lo más parecido a un matadero.
Lo más parecido a un matadero.

Donnerstag, 12. März 2009

Gina, Vir und Co.

Y qué más da la casualidad?, qué más da que sean dos?, escondiendo la cama para que se airee el salón, perfumando automáticamente el aire para que no se note demasiado y cómo no se va a notar?. A mí me pasaba lo que a la lluvia: inevitablemente me perdía una tubería, Gina tenía la botella de oxígeno y Vir, el regulador y, de noche, cada cual combatía sus malos espíritus a su manera. Se amaban. Y a mi me parecía más que perfecto. Yo, con mis pies de puntillas y mis chistes para mayores, ellas despechadamente frescas, insultantes, gatunas y ligeramente importantes. Abrumadoras. Me refiero a las fiestas. También. Yo tenía un ouke-lele y una falda hawaiana, ellas ponían la isla y el mantel, todo un desierto para poder despistarse sin que se de cuenta todo el mundo.
Mira, en el fondo no quero decir nada, si crees que esto podría ser algo depravado, te equivocas, o quizá no demasiado, la cosa es que siempre me meten en el bolsillo, en el lado en el que se guardan las cosas privadas y eso me sienta espectacular, allí me encuentro con bolsitas tontas, morenitas inquietas y rubias insolentes, con fiestas de incógnito "rómpele el corazón" me dicen, "rómpeles el corazón" les digo, llevo dos noches a base de caipirinhas y parece que puedo resistir más. Desde el suelo grito al cuarto de banio "qué pensarían vuestros alumnos si os vieran", desde el cuarto de banio me gritan al suelo "qué pensarían tus alumnos si te vieran", nunca puedo llevar la razón, excepto cuando sale un cinco, que cojo un trigo y una piedra, dentro de poco pondré una ciudad y me dedicaré a rondar las avenidas para que no falte de nada, algo más?. Las maletas en la puerta, un bocadillo por si acaso y cuatro horas en coche, qué más se puede pedir?, un fin de semana de cuarenta días o algo parecido, una tropa de desmesurados compinches, uno bien cargado y entre tres, tiro por que me toca. Tiro porque me toca.

Vale. Te mando el pantalón por correo. Que no se entrere nadie. Vale?

Mittwoch, 11. März 2009

 
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