En el desván

Madre, ella es elegante como las pestañas
como los pasos descalzos ella es suave
como las guirnaldas y como las manzanas
ella es azul como el cristal que no se rompe
tiene una mano que gira con las uñas encogidas
y una cadera que no se quiebra
y medio collar de labios y hielo
que sonríen los dientes son sonrisas

Madre, ella me susurra y tuerce la voz
con su ropa tendida se pierde no suena
el frío en susurro de las interferencias
ella es constante en sus mejillas
y tiene un ojo abierto y un pie quebrado
Madre su cuello es azul
Madre su hombro es azul
Madre, susurra en azul sin tristeza
su voz muda y sin aire en los pulmones

Madre, es bellísima como las cuerdas de los violines
como las teclas de un piano es bellísima
como el hielo en el hueco de la boca
mira cómo sueña
los sueños helados de melocotón y uva
de arena de playa ya no estaba triste
Madre su brazo torcido de frío
sus dientes Madre susurran qué me susurran
las flores congeladas y una muñeca que se tuerce

Deja que susurre Madre
que no volverá Quitasueños
Ella es bellísima como el cristal
brilla como un espejo quebrado
y me sonríe Madre mientras sueña qué sueña
pasos que no da y besos sin labios
ya no está triste Madre no lo vé?
Uñas que no arañan y un ojo abierto
sí, seguro que están soñando.

Montag, 22. Februar 2010

3 Comments:

Unknown said...

Bueno, menuda sorpresa.
El misterio está en cada verso, pero es que además parece Telémaco, que dice a su madre "meter emé". Me gusta la multiplicación del sueño omnipresente y el color azul frío, aunque has puesto en pasado lo que era presente y la muerte domina lo que era escultura. Mis comentarios a Quitasueños pierden cierto valor, porque ya no es cubista, pero creo que has hecho un esfuerzo fenomenal. Felicitaciones por el hiperenlace, esa es parte de la magia monedista con respecto al papel. Me ha gustado mucho. Es un honor.

Búfalo said...

Estimado Juan,
muchas gracias por seguir todo ésto.

En este caso se trata del estadio anterior al de Quitasueños en todos los niveles, es el sentimiento que el niño tiene (sin modular, aparentemente sin pulir, "en bruto") antes de que la madre le cuente Quitasueños.
Al mismo tiempo, las formas verbales (que son las dimensionalizaciones del pensamiento) se refieren tanto al niño como al narrador/autor (las dos últimas líneas son las líneas finales de Quitasueños -mano del narrador).
Es cierto, no es del todo cubista. No puede serlo, ya que es el niño el que, arrebatado de pasión irracional, sólo describe cuanto ve (ergo sería "proto-cubismo"), y se anula la "panvisión" de Q, resignando a una sola perspectiva lo que en Q es una encadenación de imágenes, gestos y acciones.

Lo dicho, sería "protocubismo" bajo una sola perspectiva con una dualidad de voces sin diálogo (ya que la Madre no interviene), en el que se lanza lo que recoge, maduro, Quitasueños (comparaciones inocentes ligeramente cubistas, perspectivas que no están del todo fragmentadas, obsesiones personales del niño -azul, Madre, belleza...). Todo eso germinará en Q, que retoma los motivos del niño para que entienda el bello horror azul de las herramientas de Q.
No sé si me explico.

Un abrazo de dimensiones bufálicas, Juan.

Patti Blonde said...

Es imposible no pecar y volver a disfrutar con tus escritos, es imposible no pecar y saltarme normas para decirte, ...bellísimo lo que leo, tan bello como las teclas de un piano, bonita gama de azules.
si la finalidad mas objetiva de un poema sea para el que lo lee, el apropiárselo, mío es. Y disculpa mi atrevimiento.

 
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