Frankfurt sin Adriana

Frankfurt se congela sin Adriana.

Detrás de los cristales, dice, me va entrando el invierno y mira qué delgado. Como las cuchillas, dice, en cristales y en trocitos de hielo se me cuelan. La piel, dice, la piel se me cuartea y me entra el frío, ése frío, que clava astillas y que no entiende si Enero o si Marzo. Adriana se recoge como las cajas de música. Abriga el pecho la medalla del aire. Se toca Adriana sin reconocer su piel. ¿Recuerdas mi ventana?, dice, entraban las primaveras por el río y el verde de las ramas, ¿recuerdas?. Los recuerdos eran como campanillas que se pierden en el eco del desván. ¿Recuerdas?, la melodía del hielo iba azulando las sienes de Adriana. Cuerdas que se desatan. Marionetas que dejan posados sus brazos en el suelo.

Yo era quien cantaba las nanas insignificantes. Era yo quien soplaba el aire de tu pelo y tú pensabas que era el aire de tu pelo quien soplaba, y entre tanto aire, burbujas para que el invierno no llegase. Tengo frío, empezó a decir. Antes de que el azul llenase su cajita de música Adriana me dijo "tengo frío". Aviones que se pierden en las alturas. Cartas que se envían desde el exilio. Yo soplaba la vela en los días de sol y ella se iba embarcando en el tejado de donde se cuelga la luna. El invierno tomó Frankfurt. Después sucumbieron Hannover, Hamburg y Schwerin. Adriana, desde su ventana, dejó de recordar el olor de la cocina y la distancia del pasillo. Cerrar las puertas del invernadero. Sellar las ranuras y conservar lo poco de aire que queda. Yo le tomé la mano y le susurré que no me olvidase.

"Mira, éste traje me lo he comprado hoy, ¿qué te parece?". "Ja, ja, ja, qué tonto eres, ven aquí y deja de hacer el mono". "¡Cumpleaños feliz!, para celebrarlo te he hecho un café". "¡Por fin me llamas!, no sabes cuánto te he echado de menos". "¡Vamos, ven a bailar!, hoy es viernes, no seas tan viejo". "Tengo que volver a Cuba. No sabes lo preciosa que es". "Buenos días, tonto". "Buenas noches, me alegra que te hayas pasado a verme"...

Sonntag, 7. März 2010

2 Comments:

Unknown said...

Adriana es la escritura. Adriana es la voluntad de señalar, de exigir al tiempo derechos y garantías de eternidad para los momentos escasos de amor y verdad con los que el autor y el lector (o lectora) puedan cruzarse, eso sí, a base de salir religiosamente a buscarse la vida en el crudo invierno de la realidad.

( de ¿Quién es Adriana?,
http://abenyusuf.wordpress.com/2010/03/08/¿quien-es-adriana/)

Me he permitido mucho, espero que te guste. Un gran abrazo,

Vanlat said...

No olvides las galletas.

 
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