Sereno como un reloj. A lo lejos va levantando la cabeza el invierno. Invierno de barcos, de hielo en los ojos y de hierro en los tobillos. Ya funcionaba como un reloj. Sabía marcar con precisión las tres de la tarde y calcular los latidos desde casa hasta el parque. Mamá matemática, tartamudeaba regularmente mientras atribuía a las sinrazones cualidades biológicas regulables. Mamá matemática. Aprendiendo el café sin azúcar y razonando que eso es bueno. Calcular la órbita del sol. Medir los pasos a la playa.
El corazón en su latido binario. El costado que no es un piano sino un círculo de costillas. Bisturí y analgésicos. Contando el giro de las bicicletas y el impulso de las piernas. Flores de la raíz cuadrada. Qué fue olvidando?. La gloria de la física y el paraíso de las cifras. Observando el mecanismo de los contadores eléctricos. No había nada que olvidar. Ya no había nada que olvidar.
Soplaba entonces la sirena del tren. Se despedían y se ponían tristes. Sereno como un reloj. Moviste el paniuelo y se cerraron las puertas automáticas. El mecanismo del corazón tiene impulsos eléctricos. Un poderoso motor de doce cilindros movía el barco. En cuatro horas y treinta y siete minutos estarías en casa. El aire tenía un ochenta y tres porciento de humedad.
Sereno como un reloj. Funcionaba perfectamente y eso es bueno. Invierno se acercaba. Subir tres grados la calefacción. Tac.
Sereno como un reloj
Publicado por Búfalo um 22:12
Etiquetas: Abenyusuf, Literaturas, Telegramas
3 Comments:
Entiendo que inmediatamente hace ya más frío. Es la termodinámica de la naturaleza. Pero el tren, pero la tesitura.
Un mono retazo de fábrica de vida. Todo un personaje.
Eres un poeta.
(Soy Afro; de vez en cuando me paso por aquí.)
Esto ya lo has hecho.
Sólo te lo hago notar por si no te habías dado cuenta.
Lo que es peor, también lo he hecho yo. Lo primero es comprensible, lo segundo preocupante.
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