Barco

Habíamos alquilado un barco para aquellos días. Catorce días en la costa. El sol molestando los ojos y cubitos de hielo. Puestas de sol preciosas. Una radio y poco más. Fruta fresca y gafas de sol.
"Podría quedarme aquí toda la vida" había dicho mientras se colocaba la pamela. El aire era suave y caliente. De noche se podían ver las luces de la playa. Luces de barcos a lo lejos. Yo había preparado dos margaritas en su punto y volví a cubierta.
- No echas de menos los coches, el tráfico?
- ... en absoluto. Tú sí?
- Un poco sí. Bueno, no los coches, el poder ir de un sitio a otro. Aquí te bebes tres copas y tienes la cama ahí abajo, no tienes tiempo de recuperarte. Y claro, jogging tampoco se puede hacer demasiado, no crees?
- Bueno, el cuerpo también necesita no hacer nada. Aquí te descansa también la mente. Es fabuloso estar tan lejos de todo. Me pasas el tabaco?
- ... Aquí...
- ... Vacaciones...
Suspiraba como los gatos. Si los gatos suspirasen. De alguna manera se comportaba como los gatos. Caminaba como una gata, se perdía como las gatas y volvía como las gatas. Y no se oye cuando viene o cuando se va.
- ... sabes? parece que, cuando estoy aquí, no existe mi vida allí, y cuando estoy allí...
- ... piensas en estar aquí, no?
- ... sí.
- Ya. Me lo puedo imaginar... perfectamente.
- ... Trabajo mucho.
- ... Trabajas tanto que ya mismo sales en los periódicos "La más trabajadora del mundo, en exclusiva"...
- Te ríes de mí?
- Nooo, bueno, sólo un poco.
Era lo único que se podían hacer. Chistes. Eran vacaciones. Nadar, beber, navegar lo más mínimo y dormir. Más o menos. Una estrella fugaz cruzó el cielo lentamente. Los dos la miramos caer. Iluminó tanto el cielo que parecía de día, con una luz azulada.

Mittwoch, 27. Oktober 2010

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