Sherpa


Me sentía así como los sherpas. Tenía companieros que hacían grandes gestas, compartían con sus companieros sus heroicidades y sus juegos de a ver quién es mejor, y a veces ganaban. Había fiestas en su honor, champán y canapés. Eran capaces de llegar a la cima y de coronarla con banderitas, con frases que empiezan con “la vida es...” y con razonamientos sublimes que sólo los elegidos eran capaces de formular. Yo era el sherpa. Les veía antes del comienzo de la jornada, cvuando eran torpes, pesados y sin organización en las ideas. Un soplo. Una indicación. Un empujoncito, y todo empezaba paso a paso. Y paso a paso les iba corrigiendo, rectificando, depurando ideas que eran bastas y sin forma. Los muy imbéciles, por regla general, no tenían ni idea. De hecho aún no las tienen. Les ayudaba en el desarrollo y consecución de lo que pretendían. A veces lo conseguían. Entonces les cubrían de oros, de homenajes y de “tío, eres el mejor” mientras yo me escapaba al jardín a fumarme otro. Yo era el sherpa. Cuando ellos llegaban a la cima ya era mi sexta vez. Yo no ponía banderitas. Yo no enseniaba con gori-goris las moralejas de la vida. A mí no me interesan esas galletitas. Ellos sí que saben diferenciar entre plebeyos y marqueses. Ellos sí que tienen autoridad moral para saber discernir lo magistral del plagio. Ellos sí que saben insultar con la boca grande mientras imitan a sus onanistas favoritos. A mí ya no me interesa saber. Sé qué sendero llega adónde y sobre todo porqué. Es como si te dedicas a hacer un teatro de marionetas y no sabes cómo funcionan los hilos. Es lo que pasa. Como si haces Filología Alemana y no tienes ni idea de lo que es la “Ópera de los Tres Centavos”. Como si estudias Arquitectura y preguntas qué es esto cuadrado, con agujeros dentro. Como si lees el Romancero Gitano y dices que es de Los Morancos. Es falta de disciplina, de orden, problemas psicológicos, no sé qué puede ser, pero tampoco me interesa demasiado. Lo importante es la cara que ponen cuando los demás les aplauden. Realmente piensan que son genios. No tengo nada en contra. Me parece fabuloso. Yo soy sherpa, no llevo pegatinas de propaganda ni publicito Mirindas. Y si quieres un recuerdo de la cima, te traeré un ramo de flores cuando otro imbécil quiera que le respeten.

Así que, en la próxima fiesta que organicen, si me quieres ver, búscame en el jardín y sigue el rastro de humo. Allí te espero para lo que se encarte. Podremos planear la salvación del apocalipsis, una nueva religión o rodar una película en blanco y negro. Ya sabes, soy sherpa, me encanta ayudar, sólo... pronuncia bien “Shakespeare”, es una manía, me pierden las maneras. Pido poco. Lieb' mich, du doof.


Eso me pasa por huntarme con subarten-no!

- Juncal -


La marrana, la gorrina / ...

Himno a la Represión de los Cenutrios.



Sonntag, 29. Mai 2011

1 Comment:

Vanlat said...

No me creo que sigas subiendo la misma montaña todos los días. No es propio de ti.

 
Bufaladas - Wordpress Themes is proudly powered by WordPress and themed by Mukkamu Templates Novo Blogger