Me presento en tu casa por sorpresa,
salto por la ventana, me dices por la espalda, “ya estabas
tardando” - mierda, yo con la navaja de atracar en Domingo y tú
con la copa medio llena; yo con la escopeta cargada y tú con un
siete en los dados; yo levantándome y tú deseándome suerte para el
próximo asalto.
Le tomas el pulso a la víctima como si
hicieses el milagro. Efectivamente, sonríe como un cocodrilo y llora
como los hipopótamos, salta como los alumnos de la última fila y
malo, si te invita a bailar, algo crepita por ahí dentro y no es
precisamente el corazón, “bocadillo de enfermera”, piensa el
estómago; “galerías de arte”, piensa la cabeza; “masoquismo
gratis” piensan los mordiscos de la espalda. Se me hace el pecho
agua, se me empalma el corazón y me laten todos los trenes que están
a punto de llegar, y arriba, más arriba que las azoteas, el techo
del cielo (será cabrón) no pierde puntada.
Yo lo que quiero es agarrarte del
cuello y cantarte las cuarenta. No soltarte la cintura para que luego
digan. Darte una paliza con carinio y regalarte un teléfono de
plástico. “Llámame cuando llueva”, decía la nota de debajo, tú
pensabas que no funcionaba y es que no lo habías enchufado.
Debería atarte al bolsillo de la
solapa para que no te pierdas la próxima. Debería barajar
Septiembre con Marzo y Verano con mi alféizar. Deberías no hacerme
caso y abofetearme la otra mejilla. Deberías esconderte debajo de la
cama porque como te coja verás. Deberíamos colisionar como dos
trenes por la misma vía. Deberíamos arder y compartir candela. Aquí
llevas un mechero, lo demás lo ponemos a medias. No?.
Y me importa poco si a tí tampoco te
importa, salta a esta vía o dime dónde anda la tuya, “si me
encuentras, habrá premio. Si no, estoy detrás de la cortina”,
hagámonos piratas, robaremos los tesoros más grandes y después
incendiaremos el barco. Y después incendiaremos el puerto. Y
después... y después...
… qué barbaridad.
2 Comments:
Eran las doce y siete cuando colisionaron, creo recordar que sucedió en una neutra ciudad… Lo vi en el noticiario de las nueve.
Cosas de piratas… están locos!
En mitad de clase, Alicia necesitó un instante para responder a la pregunta:
-Es una cosa que sirve para llamar a otra. Es más bonita, aunque también puede ser fea. O bonita. O fea.
"Claro", respondí yo."Claro", sin alma, perdido entre aquellas palabras dichas con desgana mientras se atusaba el pelo.
-¡Claro!. Y ahora, Raquel. Di me tú. ¿Qué crees que es?
jimateocandil@gmail.com
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