para que nunca se haga de noche"
Cómo empezaba la canción que pusiste cuando volvimos del bar?, teníamos una cajita china y dos jirafas en el salón, había banderas y la baniera en la cocina. Había que retirarla para abrir el horno. Siempre llegando tarde, aullando a la luna del río y con los pelos goteando ideas de toda la noche al raso. Las estrellas fugaces iban al agua y después, en el salón, teníamos una cajita china y dos jirafas que susurraban detrás de las cortinas, tú sacaste tabaco y las jirafas empezaron a comerse los libros.
Nunca más volveré a tener miedo. Carolina tenía claveles detrás de las ventanas, tenía café dulce y un soniquete flamenco o las magdalenas en el piso de Patricia. Nunca más volveré a tener miedo. Mientras los espejos me sigan deslizando una mirada de reojo por los rincones de los bosques haciendo ecos mientras repito que voy a narcotraficar con la luna, a meterla en una galleta y a regalarla con el café. Qué dulce es tener miedo. Una estación de trenes vacía. Buscando setas en el bosque y durmiendo al pairo de los callejones. Tú no existías. Tú nunca exististe. No pudiste cantar la canción que te digo. Las jirafas se comieron los libros, y cuando salió todo ardiendo dijiste que nunca habías estado y yo me puse muy triste y dije que no podía ser y entonces te metiste detrás de las puertas, porque detrás de las puertas no existe nadie y entonces pasó todo esto. Después, cómo era la canción que cantaste?, la de cuando volvimos del bar?.