... Sí que hace tiempo. Bueno, ya sabes, uno nunca para. No sé cómo me lo monto, que casi siempre lo logro. Me refiero a estar en cuatro sitios a la vez. Y, sin darme cuenta, cae Diciembre. Y de qué manera.
Quedó en tablas. Por llamarlo de alguna manera. Tanto humo y tanta cafeína no es bueno. Ya sabes. Y a mí sólo se me ocurre pedir cosas que no tienen. Sabes? una noche, en un bar, le pedí a la camarera si tenía a Billie Holiday. Me contestó que tenía un recopilatorio. No me entendió, yo quería a Billie Holiday, pero a Billie Holiday, no una copla precongelada que me ponga debajo del bigote. Algo parecido. Nicotina a las doce. Cafeína a las seis y media. Levantando la cabeza, como los perros en la puerta, empecé a ladrar ladridos verdes y azules. Estaba detrás de la puerta, supuse. Eran las once y algo y ya no me acuerdo de lo que estaba recordando.
El talento sólo sirve para meterse en líos. "Tienes a Billie Holiday?". Supongo que echar de menos es una necesidad del cerebro. Canta paharito, me dijo, que si me cantas bien te doy un caramelo. Desgranándome los órganos a las tantas, azucarándome la bilis por no reventar, abrazando aire por alguna absurda manía. Ladridos verdes y azules. Canta paharito. Yo levantaba los brazos así... y rompía el tacón de las botas en tres patadas. Dime, gitana, quién te baila mejor que yo? quién tiene el pecho más grande? Sonaban pasodobles, el tendido pedía otra oreja y el azahar cruzaba las avenidas de costa a costa. Canta paharito, y levanté Roma. Café y humo. Qué quieres que te diga. Después le pregunté si tenía a Billie Holiday. Y, en vez de contestar, canta paharito, repetía con otra voz.
Más tarde vino lo de la fiesta de disfraces, cuando pensaron que mi disfraz era de persona normal. Más tarde llegó el frío en crudo y se me congelaron las ganas. Me retorcí el pecho y gotearon besos sin dar. Y detrás de la estufa tampoco estaba la primavera porque cómo va a estar la primavera detrás de la estufa?. Uno se calienta las tripas en el microondas aunque le den ardores. En fin. Moralejas que no llevan a ningún sitio. Y para qué te voy a molestar para no decirte nada. Pues eso. Diciembre. Bailes de a peseta. Cafeína. Talento para meterse en líos. Novato profesional. Las cuatro y media.
Coda: Y camino a casa, el viento susurraba "canta paharito". Me subí el cuello del abrigo.
Aposiópesis ("canta paharito")
Publicado por Búfalo um 16:39 0 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Crónicas, Literaturas
Recovery System
Solías decir que no importaba.
Que enterraríamos el muerto sin ceremonias y sin lutos.
Se nos ocurrió hacer una feria y después llegó la resaca.
Y se nos despertó el hambre a deshora y por la espalda.
No hice ruido al cerrar la puerta.
El sol salía por el alféizar de detrás de tu ventana.
Fui desapareciéndome como el azúcar en el café.
Hacia el amor de cromo y cristal de los edificios más altos.
Entonces empezó la temporada de la lluvia.
La cordura de las manianas, el uniforme de la camisa planchada.
Desfilando la marioneta hacia un lugar desinfectado e higiénico.
Donde reinaban las letras del periódico y el parte del tiempo.
No me digas que me volví invisible.
Se me fue borrando la memoria como hace el aire en la playa.
Como hace el humo me fui evaporando sin quejarme un centímetro.
Desbarajando las cartas que escribiste una a una con tanto cuidado.
No me digas que te volviste invisible.
Te fuiste esfumando como los trucos de espuma de cerveza.
Te embarcaste en el tejado de anteayer y dejé de esperar.
Matando el tiempo como el que aplasta un cigarrillo.
No me digas que nos volvimos invisibles.
Y ni siquiera nos reconocimos al cruzarnos por la avenida.
Y ni siquiera nos mezclamos como hace el viento cuando empieza Otonio.
Ni siquiera se nos ocurrió echarnos de menos el uno al lado del otro.
Las operaciones funcionan correctamente.
Hemos logrado reducir el dolor a un ochenta y dos por ciento, ya no mata.
El orden en el ritmo de latencia sigue siendo el correcto y recomendado.
Todo funciona, funciono, como funciona el mecanismo que mide los minutos. Y los segundos.
Mittwoch, 24. Oktober 2012
Publicado por Búfalo um 20:27 0 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Cartas, Telegramas
Qué quieres que te diga.
Y me quedé arrastrándome en tu ventana, aturdido, sonado, noqueado. Apenas podía levantar una ceja. Imaginé que te acercabas y me ofrecías agua, imaginé que era una playa y había sol, imaginé que era el mar, pero eran los coches los que pasaban por ahí abajo. Las luces se reflejaban en tu techo y escuché cómo abrías el grifo de la ducha, una silueta se desvestía pero no llegué a verte. Antes de irme quise robarte algo, pero no pude agarrar nada con estos guantes, guantes que sólo sirven para tirar besos desde lejos.
Y qué quieres que te diga? que hay que bailar hasta para boxear, y si pierdes un paso, acabas en la lona. Mira que intenté bailar. Mira que te intenté araniar la espalda. Mira que intenté desarmarte con la punta de los dedos, y con el aliento te intenté susurrar como si fuese tu fantasma favorito. Qué quieres que te diga? que si no es a tí no escribo, que sigo retorciendo recuerdos para llenar la copa, que escucha cómo suena este aire. Arrastrándome en tu ventana lo siento pasar. Este aire. Antes refrescaba el verano, ahora le da el bisturí al invierno. Este aire. El que se escapa a suspiros a través del pecho, y por las azoteas, se despenian los gatos que no sabían andar descalzos. Qué quieres que te diga? cuántos mordiscos puede tener una luna a medias, cuántos pasos van de tu casa a la mía, cuántos huesos tienen tus tobillos. Sigo dibujando los círculos que me decías. Uso con los dedos las pinturas azules y verdes. Y se me enciende el pecho como si tuviese diamantes.
Ahora París entero llora. Bombay está de luto y en Perú han decretado duelo. Muevo las piernas como si bailase. Encojo los hilos de mi marioneta y muevo los brazos. Y el mar entero colisiona contra mi espalda. Tiro por la ventana la cama, el sofá y cada mueble de la cocina, y, mientras se estrellan en la acera, los veo caer como gotas de lluvia. Llueve la mesa. Llueven los platos y los vasos. Llueve Berlín y Hannover. Llueve y mira cómo llueve, que me llueve el pecho entero por no olvidar que no quiero olvidar. Voy saltando los charcos como si bailase y mira qué bien caigo en la lona. Bailando. Se me hace un desierto en la garganta y dame agua; tu ventana da a todas las películas en blanco y negro; el océano de las plegarias que sirven para creer en los naufragios.
Y mientras el silencio se lleva lo que queda, el eco ocupa el resto. He aprendido a creer en las cosas que se olvidan y en tu aliento. He aprendido que todos somos criminales, que todos somos los buenos y que al final siempre ganamos. Que más vale un réquiem a tiempo que sentir la piel como si fuese cartón. Que todo sobra y que todo falta. He aprendido. A guardar las ganas en la maleta y a volver a casa de manera respetable. A despeinarte el uniforme. A buscarte por los rincones de la cocina. He aprendido. A que no se note. Al "aquí no ha pasado nada". A tocar el piano en tu costado. A equivocarme. Otra vez. A callarme.
Dónde podré esconder el fantasma en que me he convertido. Dónde guardar el frac de las tantas de la madrugada. Dónde olvidar tus tacones. La botella de oxígeno en la que se ha convertido tu perfume, la nana a fuego lento en la que se ha convertido tu voz, el mapa interminable en el que se han convertido todas tus lluvias. Ventanas que se cierran porque llega el invierno y esta vez va a dar fuerte. El aire, que se hace puntiagudo y trágico. Las olas, que son el tráfico de ahí abajo. Y arrastrándome, como los boxeadores novatos, me quedé en tu ventana. Apenas podía abrir un ojo y no llegué a verte. La próxima te aguantaré dos asaltos. Palabra.
Montag, 24. September 2012
Publicado por Búfalo um 16:03 2 comentarios
... como el dinosaurio.
... y cuando me lo terminé de liar, me di cuenta de que seguía allí.
Pasó la viruela del verano, la fiebre de los cumpleanios y la falda corta de los días impares. Pasó la carraspera del licor y las alitas de la resaca, pasó el tren a Rusia y el barco a Venus, pasó la medialuna de los gatos de perfil, pasó, y un colega me palmeaba la espalda "eres más tonto que mandado a hacer", no lo sabes ya?, yo repetía que tenía razón, que esas cosas "son asín", que qué se le va a hacer.
En fin, que pasaron los achuchones por las esquinas y el honor empalmado bajo la mesa, y me vi sentado en el suelo de la Mühlenstraße a las ocho de la maniana, acabando el botellín que había robado. Entonces pensé que en casa se estaría más calentito, me empecé a reír y no sabía por qué. Salud. El buen samaritano me echó en mi buzón y al día siguiente me recogí, me abrí por el lateral y dentro no había cartas. Qué pocos detalles tengo. Ni conmigo mismo. De alguna manera, claro.
Ella era un talento. Yo, lo mismo de siempre. Rondábamos los tejados con desgana y fuimos a coincidir detrás de una papelera. No. Ella era dulce. Yo, un pervertido. Me la crucé por la calle y le acabé gritando "te la tengo jurada". No. Ella era obscena. Yo, un santurrón de invierno. Nos encontrábamos en la frontera de manera furtiva para cambiar tabaco. Tampoco. La verdad es que yo era doctor pero estaba convaleciente, después de una operación de tobillo. Ella también era doctora pero estaba convaleciente en la camilla de al lado. A veces me curaba la herida y a veces yo le curaba la suya. Como en un sesenta y nueve. Nos hicimos la rehabilitación dándonos masajes mutuamente. Yo le trabajaba los gemelos, ella a mí los tobillos; yo la tibia, ella el peroné; el calcáneo, el tarso y el metatarso, aprendí de memoria los huesos del pié y no le dejé uno sin tocar. Mira qué soltura tengo en el tobillo. Me lo dejó mejor que nuevo. Pasó la rehabilitación y, por aquello de la costumbre, había que probar cómo se corría con los pies nuevos. Echamos a correr cada uno por un lado y todavía voy por el esprint. Magnífico. Los músculos me siguen funcionando perfectamente. Debía habérselo dicho. "Hacemos un equipo perfecto". No. Ella era elíptica y yo, astrónomo. Me escupía pepitas de cielo y yo hacía mapas. No. Ella era la Bestia y yo, el Bello. No. Caperucita armada. Los Dos Cerditos. Azúcar de sacarina. No. Ella era un talento. Yo, lo mismo de siempre. Lo mismo de siempre.
La moraleja?, la moraleja se fuma en papel fino, se le echa poquita, para que no se te vaya la cabeza, y a veces te da un viaje que ni Julio Verne. La moraleja. Como si hubiese. Estuve toda la noche tirándole los tejos, cantándole las gracias y pagando sus gin tonics, después llegó otro, le susurró "... qué buen pelaje tienes" y aún me río de mí mismo y de la carita que se me puso cuando la vi tirar. Siempre es un buen momento para brindar por lo listo que es uno. Salud. Y cuando me di cuenta, otra vez estaba saliendo el sol.
... y cuando me lo terminé de liar, me di cuenta de que todavía seguía allí.
Freitag, 21. September 2012
Publicado por Búfalo um 19:13 0 comentarios
Deberíamos incendiarnos.
Donnerstag, 31. Mai 2012
Publicado por Búfalo um 22:50 2 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Cartas, Pre-historia
El gilipollas de tu novio.
Dienstag, 15. Mai 2012
Publicado por Búfalo um 20:15 1 comentarios
En mi sitio.
Mittwoch, 9. Mai 2012
Publicado por Búfalo um 16:27 0 comentarios
Descongelando las tripas
Freitag, 4. Mai 2012
Publicado por Búfalo um 19:43 1 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Literaturas, Préstamos
La filosofía de los imbéciles
Dienstag, 24. April 2012
Publicado por Búfalo um 21:00 1 comentarios
“Y tú, porqué estás aquí?”
… Y la culpa fue mía, la verdad. A quién se le ocurre ir con el cuento de “ser un desconocido”?, a quién se le ocurre jugar con las armas de los jovencitos?. “Verás, disculpa si te molesto, sólo que estás aquí, sola, nosotros estamos allí, sabes?, creemos que todo esto es demasiado bonito para disfrutarlo a solas. Pásate cuando termines de comer, si quieres, claro”, le dije. “... con una invitación así, quién podría negarse?” contestó. Sonreí y volví a mi sitio. Diez minutos más tarde se acercaba a nuestra mesa con la sonrisa puesta y un plato de ensalada a medio comer.
Después simplemente paseamos por la orilla. “Special Lassi”, se llamaba lo que bebimos después. “Y tú, porqué estás aquí?” me preguntó
- Pues una amiga trabaja aquí. Sólo me invitó y pensé que sería una buena idea visitarla. Poco más. Y tú?.
- … Si te soy sincera, vas a pensar que estoy loca.
- Para eso están los desconocidos, para decirte la verdad, primero dispara, después te seré sincero yo.
- … Siempre he querido visitar este país. De alguna manera, siento que... como si ya hubiese vivido aquí. No sé, el tren me pareció tan familiar, y nunca estuve antes, y muchas cosas más... no te quiero asustar. Es como si tuviera que estar aquí. La semana pasada estuve en la “Peregrinación de la Luna Lena”.
- Vaya, es tan místico como suena?.
- Jamás he fumado tantísimos porros como allí. Parece que el turismo se lo está cargando todo.
- Toda una experiencia, supongo...
Noches de treinta y siete grados, el mar estaba caliente y el aire no refrescaba. Era el lugar donde el cielo lindaba con el infierno. La luna menguaba tras las palmeras y ella era artista. Sacamos unas mantas, las echamos sobre la arena y nos dedicamos a mirar a las estrellas y a fumar.
Y no hubieron besos ni abrazos apasionados. No nos desnudamos apresuradamente ni hubo pasión desenfrenada a oscuras ni desayunamos más besos en la ducha. Al despedirnos le dije “Sabes? Es una pena que sólo nos conozcamos un día. Tengo la sensación de que deberíamos ser viejos amigos ya, sólo hay una cosa en contra: el tiempo, y de ése no tenemos suficiente. Hagámoslo todo más corto, vale?. Somos viejos amigos ya?” volvió a sonreír y me dijo “Claro!, gracias por haberte acercado esta noche, seguimos en contacto, vale?”. Claro. Claro.
Después vino lo del tren a Mumbay, el metro, Prachi y Amit... un universo paralelo, la órbita de las estrellas fugaces, pide un deseo, volver a ver otra, “Special Lassi”, camisas blancas a mediatarde... Trenes.
Freitag, 20. April 2012
Publicado por Búfalo um 22:09 1 comentarios
... y me llevo una.
A mi vecino le molesta que tire los geranios por la ventana, que dispare flores y que escuche música, debería ser policía, quizá así se le bajen los humos y pueda relajar el lomo. Por la radio, pica el escozor del siguiente profeta. “Tienes razón, tío, eres bueno, con suerte te llevas el abrigo roído y la barba en remojo, para cuando hagan el recuento”, a quién se le ocurre regalar la salvación? Eso es un chollo, puedes pedir lo que quieras. Hagamos negocio. Saqué los dados y me dejó sin un duro. Y mira que si es el verdadero profeta? Siempre me entero el último. Menos mal que la cama siempre trae la solución. Mano de Santo.
Y la brisa del día siguiente traía más princesas. Sota, caballo y Rey. Yo creía que las coleccionaba a todas, es grato saber que siempre rizas el rizo. A mí también se me riza el rizo, he aprendido a echar de mi casa a quien no cabe (la muy venenosa entró por la puerta, yo no sabía que era más grande que yo, entró y ocupó tanto espacio que tenía que salir a la calle a fumar -literalmente- al día siguiente estaba en la calle, la cara hasta el suelo y escupiéndome piropos grotescamente). Palmaditas en la espalda y a esperar al monstruo de la siguiente pantalla. Al saltar desde ese trampolín, hice tres rizos y lo clavé. Conservo el alma, que no es poco. Me cuido: me plancho el pecho, lo almidono y le saco brillo “el próximo viaje será a la luna”, me vuelvo a repetir, y empiezo a dar saltos por el balcón y me ven y me dicen que qué bien salto y les digo ves? llego a la luna y se sonríen y yo también y sigo saltando y en fin.
Vendiendo lo que haga falta. Monto el garito en la esquina y lo mismo cae alguien. Que no me vengan con reproches, que no llamo a nadie. Yo sólo lo vendo, y entre mi clientela está Dulcinea, Ofelia y la sota de bastos; está Morgana, Mata-Hari y la Cítrica (que en realidad se llama Raúl, pero cuenta como chica); está la Madre Teresa de Calcuta, Lolita y la dama de rombos (que es preciosa, pero tiene mucho malahe), todas se llevan algo, todas tienen un talento sin fin y yo no tengo nada, el equilibrio es perfecto, bailemos un fox-trot. Haremos una fiesta en la azotea y llamaremos a todos los gatos, tengo unos fuegos artificiales que funcionan al revés, sabes? Mira, del cielo empieza a salir humo, el humo se condensa y se vuelve lentamente en chispas, chispas que van subiendo al cielo y que brillan más cuanto más se acercan al centro y lo iluminan todo, entonces, cuando todas se juntan mágicamente en el cielo, suena un fabuloso estruendo al revés (algo así como “!!moooB”) y se dibuja una línea incandescente desde el cielo hasta la azotea, donde estaremos nosotros, esperando con un mechero encendido justo donde cae, entonces brindaremos y no se acabará el champán. Qué?, te apuntas?.
Mary Leen y Georgette me invitan a café. Me invitan a un café Mary Leen y Georgette!. Francia y Japón en la terraza. Yo les explico que estoy de viaje, que soy cámara de prensa y que yo sólo grabo. “Deberías grabar cosas bonitas”, dice Georgette antes de desabrocharse el kimono. El sabor del chocolate. El acento de Mary Leen. El sabor del chocolate (ya lo he dicho? - es que es un sabor muy intenso). “Puedo grabar lo que quieras, pero son otros los que montan las imágenes” - “Pues graba ésto hasta que se acaben las cintas”. Cinco cintas grabamos en un fin de semana. Dije que me robaron las cintas.
Cine de chinitas. Las luces de Berlín cuando se echa el sol. Dar paseos de siete leguas, de tren en tren, pasando las estaciones, invierno, Herbst, otonio, Winter, noviembre, Januar, detrás de la ventana, me abrigo la espalda con la invención del nuevo truco: colonizaremos el polo norte y entonces sí será el deshielo, no te parece pornográfico?, yo me llevaré un olivo, para calentarme el pecho, claro, por ahora, desde el tren, me abrigo la espalda para no pasar frío, que se desenfoca la lente y no va bien.
Así que ya sabes, si necesitas una mentira piadosa, las mil y una noches o un vino peleón a deshora, pásate por la esquina, a ver si tengo el garito montado. Si necesitas morfina, la extremaunción o un tripi, si te hace falta un hombro en el que llorar y una mano con un látigo, tengo un frac nuevo en el cajón, no te lo pierdas. Saldremos por la noche y seremos Lucy Ferina y Frank Einstein, presentes, por si pasan lista y llego un pelín tarde. Ya sabes, los trenes nunca son puntuales, transbordar es difícil, tú espérame, que seguro que llego. Pero seguro eh?, fijo.
Confía en mí. Seguro. Por éstas.
Freitag, 23. März 2012
Publicado por Búfalo um 21:42 0 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Crónicas, Telegramas
“Te apuesto lo que quieras a que la chupo mejor que tus amigas”
… Y claro, tú lo notas, lo sientes, lo hueles, pero no puedes decir nada, tienes que mantener en secreto lo que piensas por eso, porque son pensamientos y esas cosas sólo se dicen cuando te emborrachas.
La cosa es que, cómo te lo puedo explicar? Imagínate que tienes la inmensa suerte de conocer a la reina del porno cuando ni ella se lo imagina. Imagínate que tiene diecisiete, que os encontráis todos los días y que os caéis bien. Imagínate que puedes soportar sus escotes, sus minifaldas y sus sonrisas, sus preguntas insulsas, imagínate que se ríe de cada chiste que cuentas.
Vino vestida de diablesa. Me refiero a la fiesta de carnaval. Botas de cuero rojas. Minifalda y corsé de cuero negro, tridente de plástico. Cómo podía caber en ese vestidito?. Casi dos metros de tía, espalda de nadadora, piernas de tanguista y voz de cantante de jazz. No sigo porque sería un escándalo. Yo no la ví entrar, fue en el balcón, alguien desde atrás me pidió papel de fumar y deberías habernos visto las caras cuando nos reconocimos. Se tuvo que hacer el porro delante de mí y después yo me hice otro. Cuatro grados bajo cero, humo y vodka con naranja. “Ven a la cocina, he hecho chupitos de gelatina”. Ni idea de lo que llevaban -”tú no preguntes, sólo cómetelos”- estaba delicioso. Fresas envenenadas, o algo parecido. Dios, cómo bebía. Tres rondas de tequila le vi. “Ven a bailar” me gritó al oído cuando sonó un rock que no conocía. Y cómo bailaba. La cara de Thomas preguntándome “Quién carajo es esta tía?”. El gesto de Jenny diciendo “Baila, baila”, y vaya si bailé. Como un poseso.
Voy al balcón, le dije entre dos canciones, “voy contigo”. Llegó bebiendo de una botella de champán y seguía bailando. De qué hablamos? De drogas? De sus medias? Del frío?, ni idea, la cosa es que, mientras fumaba, “Sabes qué es un fanti?” - “un fanti?” - “Sí, le doy una calada y te la paso, mira...”. La primera vez casi funcionó. La segunda también. A la tercera nos estábamos comiendo las bocas como animales.
Termínatelo, le dije. Ofusca los ojos de champán, tequila y fresas “Te da corte que te vean conmigo?” - “Claro. Sabes que si me ven contigo podrían meterme en la cárcel?. Jovencita, con tu edad, ésto es un delito”. Se me acerca al oído y me susurra “Jovencita?, te apuesto lo que quieras a que la chupo mejor que tus amigas”. Más besos. Acércate más todavía. Ahí afuera hacían cuatro grados bajo cero, cerca de nosotros era primavera pero yo tenía todo el verano incrustado en los huesos. Y a ella parecía que también se le derretía el invierno. Estábamos planeando un oasis cuando volvió a sonar la canción de rock. “Ven adentro”. Agarró la botella de champán y la seguí.
Entramos bailando a saltos pero pasamos del salón hacia el pasillo. Qué habitación era? Ni idea. Seguimos bailando histéricamente hasta que acabó. Apaga la luz, le dije. “Y eso?”. No quiero saber que eres tú. Sonrió con media boca y la apagó.
...
“Sal tú primero” oigo su voz cansada en la oscuridad, te espero en el balcón. Allí fui. Todos seguían saltando, sudando y cantando. Yo también lo hice. Me serví una copa y salí. Casi lo termino cuando llega impecable. “Creí que te habías ido. Mis amigos van a un bar, vienes?” me quita la copa. Vale, tengo que reunir a los míos y decírselo. Abrazos estrechos de licor, humo y besos. “No te pierdas... que llamo a la policía”. Casi dos metros de tía, espalda de nadadora, piernas de tanguista y voz de cantante de jazz. Un escándalo.
Imagínate que tiene diecisiete, que os encontráis todos los días y que os caéis bien. Lo de diecisiete es lo de menos. Ésa sabe más de lo que yo puedo saber en tres vidas. Yo soy un pamplinas que sonríe, hace chistes y apaga la luz para no saber con quién. No fui al bar. Qué iba a hacer allí?. Me quedé en la fiesta, con una canción de rock que se llama Lisa, que me arde en el pecho y que puedes ir a la cárcel si no te andas con ojo. Estuve gritando el resto de la noche. Bebí como un cosaco y bailé como un oso. Imagínate. A las cinco de la maniana, vomitando en la nieve. Mientras los demás se preocupaban por mí, yo sonreía como podía y repetía “Soy un héroe... soy un héroe, pero que no se entere nadie”. Hay cosas que ni borracho.
Ni borracho.
Mittwoch, 22. Februar 2012
Publicado por Búfalo um 23:19 1 comentarios
Sigo creyendo que...
Sí. Cuando volví a casa me dí cuenta. Me había dejado la calefacción puesta, a cambio, mi salón se había calentado como la primavera. Ropa en el sofá, papeles por el suelo,"Un piso de estudiantes" había pensado. Y me puse manos a la obra.
Cartas con "te echo de menos", fotos con "ha sido genial" escrito en una esquina, mi cara muerta de risa, la tuya detrás haciendo una broma, te acuerdas de lo que me dijiste en la última fiesta? aún no se me ha olvidado, llevas toda la razón, y sólo por eso...
Llámame, llámame y dime que te ha salido lo que esperabas, cuéntame que te ahora te toca triunfar a tí y que ya era hora, "yo doy suerte" te dije, dime que es verdad y cuéntame, cuéntame que el mundo está loco y que sólo tú te salvas: dime que te han dicho que sí, y que te sienta genial, dime que lo has conseguido, que haces las maletas para empezar los mejores días de tu vida y que son un regalo, dime que lo has logrado, dime que te quieren mucho, que ayer te echaron el mejor polvo de tu vida y que para colmo tiene dinero, dime, dime, que te has ganado la gloria y que te la van a servir en un plato de plata, y que, de postre, esperas algo mejor todavía.
Escríbeme, escríbeme una carta que me diga que justo ahora estás bailando una copla de la radio que no sabes lo que significa, pero que te encanta. Escríbeme que te han regalado fuegos artificiales, que tienen colores y que ponen tu nombre allí en lo alto, para que lo vean todos, dime que te ha tocado el premio gordo, que el Betis ha ganado cinco a cero, que oficialmente somos los mejores y que maniana será aún mejor. Escríbeme una carta que tenga unas vacaciones en el Caribe de tu azotea y una playa bajo la ventana de tus días siguientes, parece que llega el momento de la fruta y ya mismo cae tu manzana, descubriremos la nueva Ley de la Gravedad y tendremos lunas alrededor, con sus días, sus noches y sus marcianos; tanta esperanza no puede traer nada malo, y mira cómo viene el día siguiente, tienes que escribirme y decírmelo, que has ganado la carrera, que tienes una corona de laureles y que los vas a usar para cocinar un almuerzo con los amigos, invítame entonces!, invítame y así me cuentas que tus viajes son mejores que un día de verano en un parque de atracciones, y te llevo el vino, y me cuentas más, y después, sigue contándome.
Qué quieres que te diga, yo sigo creyendo que Elvis sigue vivo, que esta primavera será preciosa y que si una noche no me siento Jim Morrison, no salgo; qué quieres que te diga, sigo creyendo en Kiko Veneno, en Wittgenstein y en mi vecino de enfrente; sigo creyendo, que deberíamos organizar una fiesta, invitar al resto de los nuestros y ver quién vomita primero; cómo no voy a creer!, si me miro y no me lo creo, si te pienso y me alegro más que el que espera un Döner cuando está canino, cómo no voy a creer, si somos históricos y no lo sabe nadie!, qué quieres que te diga?.
Fíjate, todavía sigo creyendo, en el Monedismo, en Billie Holliday y en la luna; en Juan de Juan, en una cerveza de vez en cuando y en los milagros; sigo creyendo en Bob Dylan; en la Biblia y en todo lo contrario, en que maniana todo será mejor todavía, en que "tener ganas" es la mejor medicina y que algo tan simple como una llamada te puede cambiar la vida; después de todo, incluso sigo creyendo que ahora es el momento perfecto para seguir haciéndolo así de bien, así de genial, no es magnífico?
Pues sí. Cuando volví a casa me había dejado la calefacción puesta. Tenía a la Primavera en el sofá y estaba todo en orden para seguir siendo Primavera. "Un piso de estudiantes" había pensado. Siempre ha sido así.
Y me puse manos a la obra.
Sonntag, 5. Februar 2012
Publicado por Búfalo um 16:17 5 comentarios
Etiquetas: Abenyusuf, Crónicas, Telegramas